EFE.- Esta es una de las principales conclusiones del documento que preparan desde el martes y hasta el próximo domingo el grupo de expertos internacionales y de representantes políticos reunidos en Yokohama (sur de Tokio), según un borrador al que ha tenido acceso Efe.
El informe analiza los conocimientos científicos actuales sobre el cambio climático, así como el impacto de este proceso sobre el hombre y sobre la naturaleza en distintas regiones del mundo, los «riesgos futuros» y el «potencial y los límites» de la adaptación humana, según explicó el IPCC en un comunicado.
Para su elaboración se han tenido en cuenta «las consecuencias del cambio climático que ya han ocurrido» y las previsiones sobre su evolución con el objetivo «identificar respuestas efectivas y entender mejor los desafíos», señaló Chris Field, vicepresidente del grupo.
Entre los «efectos probados» que ya ha tenido el cambio climático, el borrador menciona sequías frecuentes e intensas, inundaciones, cambios en el suministro de alimentos, bajada del rendimiento de los cultivos, efectos adversos sobre la salud, degradación de los hábitats y extinción de especies animales.
En materia alimentaria, el texto provisional advierte de los efectos «variados y complejos» que tendrán sobre las tierras cultivables el calentamiento global, la subida del nivel del mar y la modificación de la intensidad de las precipitaciones.
Mientras que algunas regiones ubicadas en altas latitudes -como Rusia- podrían beneficiarse de estos efectos al disponer de temporadas de cultivo más largas y más terrenos aptos para este fin por el deshielo, otras zonas podrían verse perjudicadas por las sequías y otras condiciones climáticas extremas.
El borrador, no obstante, deja claro que cualquier «efecto inicial positivo» se verá descompensado por otros factores negativos.
En particular, señala que la subida de las temperaturas de un sólo grado centígrado en regiones templadas como Norteamérica o Europea provocaría descenso en los principales cultivos de estas zonas (trigo, arroz y maíz).
La bajada del rendimiento de la agricultura se vería agravado por el aumento de la demanda de productos alimentarios a nivel global, estimado en el 14 % para 2050, según el borrador del documento.
Además, la previsible carestía alimentaria y el consecuente incremento de los precios «aumentaría de forma indirecta» el riesgo de conflictos violentos entre países o entre comunidades, las protestas y otras formas de inestabilidad social provocadas por la pobreza o la dificultad necesidades básicas, alerta el borrador.
El texto que los expertos preparan en Yokohama es la segunda de las tres partes del extenso informe que el IPCC está elaborando y divulgando por tramos, y cuya última parte se elaborará en abril en Berlín.
El segundo grupo de trabajo del IPPC publicará un borrador de sus conclusiones y un resumen de las mismas destinado a los líderes políticos el 31 de marzo en la citada ciudad japonesa.
El IPPC presentará una síntesis del informe conjunto y sus conclusiones finales en octubre en Copenhague.