La organización de consumidores afirma que el 95 % de los langostinos que se consumen en España son congelados, tanto los que se comercian al peso como los envasados.
Por ello, la OCU insiste en que la frescura es la misma y la diferencia entre los congelados y los que se venden a granel está en que estos últimos han sido descongelados previamente, pues el valor nutricional es el mismo.
Para los consumidores que prefieran los langostinos en peso, la OCU recuerda que deben comerlos rápidamente porque se degradan antes, si bien insiste que "la higiene y frescura de los productos descongelados es peor", así como la información sobre su procedencia.
Otro factor para la OCU es el coste, ya que los langostinos cocidos "a granel" no resultan más económicos y en el caso del producto fresco nacional "triplica el precio".
También recomienda elegir langostinos sin pelar -recuerda que los animales más pequeños son más baratos pero tienen más desperdicio-, evitar chupar las cabezas y una ingesta moderada "sin abusos" para las personas, con colesterol, ácido úrico elevado o problemas de alergias respiratorias.