En este caso ponen de ejemplo a los sulfitos y precisan que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, según sus siglas en inglés) fija la cantidad diaria admisible de estos conservantes en 0,7 miligramos por kilo de peso; es decir, un adulto de 70 kilos no debería ingerir más de 49 miligramos al día.

    Sin embargo, según un estudio de la OCU, una dieta que incluya frutos secos, carne, crustáceos y vino en cantidades moderadas puede llegar a tener entre 63 y 224 miligramos de esta sustancia, lo que puede provocar reacciones alérgicas o falta de vitamina B1 en el consumidor.

    Asimismo, en la guía se hace hincapié en la gran cantidad de aditivos que se utilizan en chucherías, bollos y otros alimentos preparados, pese a que los niños, al tener menor peso, no pueden tomar la misma cantidad de estos productos que un adulto.

    Para evitar estos riesgos, desde la OCU recomiendan vigilar la dieta, analizar los ingredientes de los alimentos que se consuman y optar, cuando sea posible, por productos frescos -leche, fruta, verduras y carne fresca- en vez de alimentos elaborados -yogures, refrescos, embutidos o precocinados-.

    El objetivo de la guía, según explica esta organización, es informar a los consumidores sobre la posibilidad de que haya una crisis alimentaria, con motivo del reciente caso de la carne de caballo, y dar una serie de "valiosos consejos" para evitar riesgos para la salud en la cocina.

    Entre otros recursos, se incluye una tabla de temperaturas a las que cocinar los alimentos para matar diversos tipos de bacterias, una referencia de aditivos y sus posibles efectos secundarios, y una explicación paso a paso sobre cómo reclamar en caso de sufrir una intoxicación en un bar o restaurante.

    Actualmente varios reglamentos europeos recogen los procedimientos de autorización para los aditivos, que tienen que pasar por la EFSA.

    El más reciente, aprobado por el Parlamento Europeo y el Consejo, incluye un anexo que entrará en vigor en junio y en el que se recogen los aditivos que se pueden utilizar en la Unión Europea y se indican las dosis máximas y los alimentos en los que se pueden adicionar.

     La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha desautorizado varias listas falsas de aditivos alimentarios, publicadas por "falsos profesionales" y "hospitales inexistentes", que, según ha remarcado en su página web, "producen alarma social".

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