El anteproyecto de Ley de Infraestructuras Agraria, presentado este miércoles 30 por el president de la Generalitat, Ximo Puig, y la consellera de Agricultura, Elena Cebrián, contempla la figura del suelo infrautilizado y, en casos extremos, la obligación de cederlo a terceros para su uso real, aunque también apuesta por incentivos fiscales para impulsar su transmisión o arrendamiento.
Según ha detallado el director general de Agricultura, Ganadería y Pesca, Roger Llanes, esta medida tiene como objetivo evitar problemas medioambientales o fitosanitarios, además de corregir el exceso de suelo abandonado, cerca de 140.000 hectáreas en los últimos veinte años.
Contempla incentivos fiscales para la «movilidad de la propiedad de la tierra», tanto para su transmisión como arriendo
A su juicio, este proyecto «sentará las bases del cambio del esqueleto de la producción agraria valenciana», y tratará de revertir la excesiva fragmentación de la propiedad a través del fomento de la gestión común y la sostenibilidad.
Esta ley «reconoce que la causa principal del abandono del suelo es la falta de rentabilidad» y contempla incentivos fiscales para la «movilidad de la propiedad de la tierra», tanto para su transmisión como el arriendo.
También prevé la creación de redes o bancos de tierra que serán gestionados por ayuntamientos o entidades vinculadas al sector agrario, con las funciones de supervisión, registro e inventariado del suelo disponible, para conectar oferta y demanda y dar prioridad a mujeres, jóvenes y profesionales.
Puig ha destacado que, a pesar de la crisis, el sector agrario representa el 16% del PIB, el 14% del empleo y el 24% de las exportaciones, y hasta los años 70 del pasado siglo las exportaciones agrícolas valencianas supusieron el 25% de la entrada de divisas en España, de modo que es un «sector fundamental para el renacimiento de la Comunitat Valenciana».
«El sector agrario es el que hace que seamos como somos, pero ahora; nuestro imaginario colectivo tiene que ver con la agricultura y la ganadería. Pero no podemos vivir del pasado, el Levante feliz ya no existe, si es que existió alguna vez, hemos perdido mucho tiempo al pensar que había atajos hacia la prosperidad, y no los hay», ha agregado.
Una ley para recuperar una agricultura valenciana,con una edad media de los agricultores de 64 años
La renta agraria, según ha lamentado, ha bajado un 35% desde 2011 y la edad media de los agricultores ha subido de 48 a 64 años desde 1995, según Puig, quien ha abogado por una distribución de la población en el territorio más equilibrada, para evitar los «desiertos» en muchas comarcas.
En opinión de la consellera de Agricultura, esta ley tiene como fin más amplio la recuperación de la agricultura valenciana para que se constituya en una actividad capaz de ofrecer alternativas de vida dignas, refuerce las señas valencianas de identidad y combine la innovación con la recuperación de la sabiduría tradicional.
«Se trata de un sector estratégico de la economía que aporta valor al paisaje», por eso «queremos agilizar las mejoras estructurales que repercutan sobre la productividad y la rentabilidad», ha agregado.
«Nuestra vicepresidenta (Mónica Oltra) a menudo dice que en la Comunidad Valenciana, para innovar, no nos hace falta inventar nada -ha añadido Cebrián-; a veces, sólo tenemos que recordar, y con este anteproyecto de ley también se cumple».
En este sentido, ha subrayado: «Será una ley innovadora, porque propone nuevas formas de gestionar la tierra y el trabajo en las explotaciones, con nuevas medidas, incentivos y gobernanza; pero también es una ley que construye sobre nuestras fortalezas, sobre aquello que el sector ha sabido hacer bien a lo largo de décadas: cuidar de la tierra y desde lo pequeño sacar grandes resultados».