La nueva Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE), una patología que se detecta en España desde hace menos de un año y que afecta principalmente al vacuno extensivo y especies cinegéticas, suma ya más de 1.400 cabezas de ganado con síntomas en la provincia de Zamora. Paralelamente, se ha detectado también varios casos en Asturias.

Las explotaciones de Castilla y León afectadas son un total de 89 con un censo ganadero de 10.759 cabezas de las que 1.404 tienen síntomas de la enfermedad y 74 animales han muerto a consecuencia de ella, según la actualización de datos facilitada este lunes por la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León en Zamora.

La enfermedad, que no afecta al consumo de carne, se ha extendido en España de sur a norte con un mosquito de procedencia africana como vector y en Castilla y León ha llevado a adoptar restricciones en el movimiento de ganado en seis de las nueve provincias, mientras que por el momento se libran de ellas León, Palencia y Burgos.

En Zamora, a las 89 explotaciones en las que oficialmente se han registrado casos de EHE hay que sumar otro medio centenar de ganaderías en las que se han comunicado síntomas compatibles con la enfermedad pero que aún están en estudio por parte de los servicios veterinarios de la Junta de Castilla y León antes de la declaración oficial de la enfermedad.

En la actualidad, en las explotaciones con casos declarados, el porcentaje de animales afectados ronda el 13%, mientras que los que han muerto por la EHE son el 0,7 %.

NUEVOS CASOS EN ASTURIAS

Y aunque el norte de España se estaba librando de esta enfermedad, la Consejería de Medio Rural y Política Agraria del Principado de Asturias ha confirmado la presencia de la Enfermedad en tres reses de vacuno en Oviedo y en otra de Riosa.

El Laboratorio Nacional de Referencia de Algete, en Madrid, ha informado del resultado positivo de las cuatro muestras enviadas para confirmar esta enfermedad de declaración obligatoria, aunque no es una zoonosis y no se transmite a las personas ni es contagiosa.

Por lo tanto, no se establece ningún tipo de restricción a las explotaciones afectadas ni al consumo de productos animales, ya sea carne o leche, y tampoco se imponen límites al movimiento de ganado vivo.

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