Con cuatro días de adelanto sobre la campaña anterior, siguiendo la tónica dominante de los últimos años por cuestión climatológica, la división agrícola de la multinacional cementera y de materiales recolectó en la cantera de Yepes (Toledo) sus variedades de uva ‘merlot’, Syrah y Cabernet Sauvignon en su viñedo de Yepes (Toledo).
Por decimoquinto año consecutivo el viñedo, ubicado en unos terrenos, que en su día fueron cantera de suministro de caliza para la fábrica de CEMEX de Yepes, ofreció sus frutos. La recolección, que a causa de la ausencia de precipitaciones durante el período primaveral y un cálido verano, ha producido una reducción de la producción, pero en cambio ha brindado una excelente calidad del fruto. En esta campaña se han recogido algo más de 60.000 kilos de uva.
La viña de Yepes (Toledo) posee una extensión cercana a 30 hectáreas en las que hay plantadas en torno a 92.000 cepas. Dicho espacio permite su correspondiente vendimia, actividad alineada con la política medioambiental de la compañía, cuyo objetivo se centra en hacer compatible la actividad industrial con el cuidado y mantenimiento del entorno de forma sostenible, adaptándose a las características de la zona y sus productos agrícolas.
Proyecto pionero
CEMEX inició en 2003 la recuperación de la cantera ya explotada de Yepes (Castillejo) con la adaptación y nutrición del suelo para plantar las variedades de uva que mejor se adaptaban a la climatología y esta zona de Castilla La Mancha. La plantación de este viñedo posee las mejores variedades de uva adaptadas a la región y más modernas técnicas (riego por goteo, espaldera y recolección mecanizada). Además, cuenta durante todo el año, un equipo de expertos de CEMEX que se encarga de realizar las podas y el tratamiento adecuado de las vides.
Este proyecto pionero ha recibido multitud de menciones y premios a nivel nacional e internacional. Tras quince vendimias consecutivas, el proyecto ha procurado a la compañía un destacado liderazgo en el mundo de la recuperación de los espacios mineros tras ser explotados.
El fin último de esta iniciativa es volver a dejar en la zona de extracción en similares, o incluso mejores condiciones, de las que existían antes de que el área fuera explotada, haciendo su actividad totalmente compatible con el hábitat natural y con las prácticas agrícolas de la zona.