Esta semana un hombre de ochenta años fue hallado muerto tras volcar un tractor en una viña de Ponferrada, en León, después de que fuera localizado por su familia, ya que había salido de casa por la mañana y no había regresado. Una muerte más de una larga y prolongada lista (72 personas fallecieron en 2023) que ratifica lo que se viene denunciando desde hace años y nunca se le pone freno: el sector agrario tienen el índice de siniestralidad mortal más alto de todas las actividades económicas del país.

Y eso que los accidentes laborales en el sector agrario y pesquero descendieron en 2023, pero el índice de siniestralidad mortal sigue siendo el más alto de todas las actividades económicas, con sucesos como los vuelcos del tractores o los resbalones en barcos entre los más frecuentes.

Así lo han explicado a Efeagro fuentes sindicales y de las organizaciones agrarias profesionales, que en general abogan por incentivar la renovación de la maquinaria y por adecuar la ley de prevención de riesgos laborales a las particularidades del sector.

Los datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social reflejan que los accidentes laborales en el sector agrario cayeron el 1% en 2023, con un total de 28.779 casos, mientras que se registraron 72 muertes, un 24,2 % menos que en 2022. Este último dato supone un índice de incidencia del 10,33, tres puntos menos que en 2022, si bien continua como el más alto de todas las actividades económicas, por delante de la construcción, la industria y los servicios.

La organización agraria ASAJA valora el descenso de los accidentes en 2023 y señala que muchos de los siniestros en el sector son leves, debidos cortes, por ejemplo, y que los que son graves y mortales están en su mayoría están relacionados con la utilización de la maquinaria. La técnico de Asaja en Navarra Sandra Muñoz detalla de que si bien en el sector se usan maquinas muy diversas, el vuelco de tractores es la principal causa de accidentes mortales, con 38 fallecidos en 2023 por este motivo, aunque la tendencia es descendente, según sus datos.

«Hay que insistir y sensibilizar tanto al empresario como a los propios trabajadores de la importancia que tiene el conocer los riesgos asociados a la utilización de la maquinaria. En lo que es el tractor, se ha hecho mucha insistencia y estamos muy contentos de la disminución que ha habido en la en la mortalidad», apunta Muñoz.

El otro aspecto sobre el que incide Asaja es en adaptar la ley de riesgos laborales al sector agrario, un rubro en el que hay mucha temporalidad en la contratación, a veces por unos pocos días, y con trabajadores que en muchos casos no dominan el idioma español, lo que dificulta darles una formación en poco tiempo.
Por ello, Muñoz indica que deberían darse cursos previos de formación en los que se expedida un carné habilitante, de forma que se genere una bolsa de trabajadores a la que el empresario agrario pueda acudir cuando necesita personal.