EFE.- Así lo han explicado a Efe fuentes de la patronal del sector, Freshuelva, que han señalado que la ralentización se ha apreciado en un 15 por ciento en los meses de enero y febrero, siendo este último el de inicio cada año de la recolección, que este año se está viendo seriamente afectada por la climatología.

De hecho, la lluvia ha paralizado la maduración del fruto, por lo que la campaña se ha ralentizado más aún, mientras que el frío en los destinos, tanto nacional como extranjero, hace que se consuman menos berries, por lo que no sólo ha caído la oferta sino también la demanda.

Y es que el sector lamenta que la lluvia, que además se espera para toda la semana, ha llegado "en el peor momento posible para la campaña", cuando la fresa necesita más sol para crecer dentro de la normalidad, además de que en días anteriores "no haya llegado a hacer el calor necesario", de modo que, en el aspecto climático, está siendo una campaña que no esperaban los agricultores.

No obstante, a pesar de que el mes de marzo es el central de la recogida de la fresa, los productores confían en que cuando pase la previsión de lluvias "comience a hacer mejor tiempo, baje el frío, y la fruta crezca y se exporte conforme a los cánones de años anteriores".

Los agricultores defienden que la fresa que se está recolectando "tiene una gran calidad", aunque no se manejan las cantidades previstas cuando se hicieron las previsiones en la plantación, el pasado otoño.

Actualmente, el 90 por ciento de la fresa y los frutos rojos -frambuesas, arándanos y moras-, algo más de 310.00 toneladas que se producen en la provincia de Huelva, tienen como destino mercados extranjeros.

La pasada campaña se produjeron unas 280.000 toneladas de producto, tras experimentar un incremento de la producción de entre un 20 y 25 por ciento como consecuencia, principalmente, de la apuesta por las nuevas variedades, en una superficie de unas 6.500 hectáreas en toda la provincia.

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