Por ello, "el reto, más que la modificación del sistema de ayudas, es la implantación de instrumentos que permitan proteger a los agricultores de aspectos como la liberalización del mercado y su volatilidad", ha indicado.

     La secretaria general espera que, en el marco de la negociación, se obtenga una respuesta satisfactoria en este sentido en los próximos días y se admitan ciertas excepciones en materia de competencias.

    La importancia de esta reforma radica, como ha resaltado Judit Anda, en que, por ejemplo, las ayudas directas suponen, de media, el 25 por ciento de la renta de los agricultores y, en algunos casos, hasta el 40 por ciento.

    "El resultado de la reforma de la PAC no debe comprometer la viabilidad de las explotaciones", ha manifestado la secretaria general.

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