“Las nuevas variedades de fruta están teniendo un gran impacto en el desarrollo de la fruticultura de la región, ya que se ha conseguido ampliar el calendario de recolección”, según explicó durante la jornada Ángel García Lidón, director general de Modernización y Explotaciones Agrarias de Murcia. En su opinión, "la innovación varietal es fundamental para la supervivencia y competitividad del sector en la región, por lo que es necesario proteger la actividad de los obtentores de estas novedades para que puedan seguir investigando. Obtentores y agricultores han de ir de la mano para poder incrementar y mejorar nuestra producción de frutas y ser más competitivos”.
Poner en el mercado una nueva variedad supone una media de 10 años de investigación y observación hasta lograr las características deseadas, lo que implica una fuerte inversión en I+D de las empresas obtentoras, que necesitan de un marco de protección, así como un apoyo de su actividad por parte del agricultor para garantizar que se pueda seguir investigando.
“La producción de plantas de vivero de frutales es una actividad sujeta a una gran regulación administrativa, necesaria para asegurar que el fruticultor disponga de una material vegetal garantizado y de calidad”, subraya Antonio Villarroel, secretario general de ANOVE. “La protección de variedades es un incentivo necesario para que las empresas que investigan y las desarrollan sigan realizando esta actividad, con el fin de que el agricultor incremente sus beneficios”.
Certificación como garantía de calidad
A lo largo de 2012 se solicitó el registro en la Oficina Española de Variedades Vegetales (OEVV), dependiente del MAGRAMA, de 102 nuevas variedades de fruta, de las cuales la mitad corresponden a cítricos y melocotón.
“El sistema de certificación oficial de plantas de vivero es una herramienta imprescindible en una fruticultura moderna y competitiva, y un vehículo fundamental para la existencia de nuevas variedades”, ha expuesto D. Pedro Chomé, jefe del Área de Plantas de Vivero y Recursos Fitogenéticos de la OEVV. “También es la única vía con la que cuentan los fruticultores para asegurar la calidad de la planta. El papel de la certificación oficial no se valora en su justa medida por parte de los agricultores, ya que muchas veces el productor sólo toma en consideración el factor precio de la planta asumiendo riesgos importantes también económicos”.
Durante los últimos años las empresas y centros públicos dedicados a la investigación de nuevas variedades de fruta han conseguido poner en el mercado variedades adaptadas a climas más cálidos, con floración más temprana, con más resistencia y aguante, así como con un mayor ciclo de vida. “Esto ha permitido mejorar la competitividad de nuestro país con respecto a otras regiones como Italia, e incluso reducir el coste de producción”, apunta Mario Ortiz, de la sección de cultivos frutales de ANOVE.
España cuenta con más de 143.000 hectáreas de terreno dedicadas al cultivo de fruta, 25.000 de las cuales se encuentran dentro de la Región de Murcia. A nivel nacional se producen 1,6 millones de toneladas al año de fruta, de las cuales cerca de 300.000 se dan en esta comunidad autónoma. En los últimos 10 años se ha producido un descenso en la producción del 31% debido a la reconversión de este sector que se ha dado en la región.
El 63% del total de la producción española de albaricoque es murciana, así como el 20% de paraguayas y el 13% de nectarinas. Estos datos indican la importancia de esta región en el sector frutícola nacional y la necesidad también de contar con nuevas variedades de fruta que permitan a los agricultores incrementar su cuota de mercado.