La Interprofesional de Melón y Sandía de Castilla-La Mancha ha recomendado a los productores de melón y sandía controlar exhaustivamente la posible aparición de virus y enfermedades, ya que las condiciones meteorológicas actuales son propicias para la propagación de plagas, especialmente la de la mosca blanca.
Desde la Interprofesional, asesorados por los técnicos del Centro de Investigación Agroambiental ‘El Chaparrillo’, dependiente del Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal (IRIAF), inciden en vigilar principalmente la aparición de síntomas del virus Nueva Delhi, que ya afectó a los melones tardíos hace dos campañas.
Para el control de la mosca blanca, se deben dar tratamientos preventivos y/o curativos con los insecticidas permitidos
Los investigadores de ‘El Chaparrillo’ explican que el virus New Delhi es transmitido por la mosca blanca (Bemisia tabaci) que está infectada y es portadora del virus causante de la enfermedad, por lo que es muy importante mantener, por una parte, lo más pequeña posible la población de mosca blanca y, por otra mantener lo más bajo posible en número de focos de infección.
Para el control de la mosca blanca, se deben dar tratamientos preventivos y/o curativos con los insecticidas permitidos para esta plaga y este cultivo y en las dosis recomendadas según las materias activas (Piriproxifen, Tiametoxam + Lambda cihalotrin, simplemente Lambda cihalotrin, Pimetrozina, etc.). Además de la aplicación de estas materias primas es efectivo y rápido el uso preventivo del azufre, producto inocuo para el fruto.
Para el mantenimiento de las parcelas libres de focos de infección, son muy importantes dos tipos de acciones, que hay que ser escrupulosos a la hora de realizarlas:
– Mantener las parcelas libres de malas hierbas.
– Destruir totalmente, cualquier planta que presente síntomas de infección por este virus.
Puntualizan que es importante realizar esta acción lo antes posible, y no es válido cortar la planta y dejarla en el borde de la parcela o enterrarla. Hay que llevarla lo más lejos posible de los campos de cultivo (por ejemplo, a casa) y proceder a su destrucción total, por ejemplo, quemándola totalmente.
Estas medidas no garantizan que no vaya a haber dicha enfermedad, pero disminuirán sensiblemente el daño producido, concluyen desde ‘El Chaparrillo’.