La industria láctea española teme que 2024 sea el año en el que su falta de rentabilidad y competitividad respecto a países productores del norte de Europa llegue hasta el punto de que los supermercados opten por comprar «bricks» de leche importada, un situación insólita para el sector, a la vez que insiste en que los precios al ganadero son «altos».
Así lo ha expuesto en una entrevista con Efeagro el director general de la Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil), Luis Calabozo, en la que ha hecho una radiografía sectorial marcada ahora por la ruptura de los ciclos clásicos de producción-precio-demanda, algo que le genera incertidumbre.
En España se produce ahora la misma o menos leche que hace un año pero sigue encareciéndose respecto a 12 meses antes, cuando ya estaba cerca de los 0,5 euros/litro, y todo en un contexto en el que la demanda de leche y lácteos ha caído un 4,3% entre las familias (datos año móvil a agosto).
Es decir, los precios al ganadero son «altos», han ido recuperando los márgenes de rentabilidad y, sin embargo, ese panorama alentador no les ha llevado a producir más leche como sería lo esperable, según ha explicado.
Por eso, la industria busca esa falta de motivación del ganadero para producir más leche en otros aspectos «estructurales», más allá de los clásicos precios y márgenes, y son «la falta de incentivo para acometer el relevo generacional» que asegure la suficiente mano de obra capaz de hacer crecer las producciones.
También ha apuntado a las «condiciones regulatorias medioambientales europeas» porque se ha llegado a un punto en el que el ganadero «desconoce cuál será la necesidad de inversión» para «adaptarse a esa mayor exigencia normativa».
A todo ello, se suma la adversa climatología que afecta especialmente al crecimiento del pasto, lo que dificulta una alimentación óptima del ganado y su posterior producción de leche.
MENOS MÚSCULO FINANCIERO
A pesar de que Fenil valora que los elevados precios en origen de la leche al productor nacional les estén sirviendo para recuperar la rentabilidad perdida al inicio de esta crisis, se queja de que la industria no ha podido transmitir esa subida de la misma manera al resto de la cadena hasta el punto de que sus empresas están haciendo «de colchón».
Precisamente, hacer de «colchón» entre eslabones les ha restado «músculo financiero» que sólo podrán recuperar si «el precio de la leche al ganadero empieza a aproximarse al del resto de países de Europa», ha razonado.
Ha incidido en que ese precio de la leche de vaca, de oveja y de cabra es ahora «récord» en España respecto a toda Europa.
Por eso, de cara a 2024, si España «no se ajusta a los precios normales europeos, seguiremos sufriendo en competitividad» respecto a la industria europea (especialmente de los países del norte).
Ha hecho un llamamiento al consumidor español para que compre producto nacional porque, «si no, la distribución nos sustituirá en los lineales» por productos importados y, «si seguimos sin producir de forma rentable y competitiva, podrían traer incluso bricks de leche del norte de Europa».
ADIÓS AL ‘PRODUCTO RECLAMO’
Si de algo ha servido también esta revalorización de la leche en los supermercados durante esta crisis de costes ha sido el fin al uso de este alimento como producto-reclamo, una de las quejas históricas de los ganaderos que les ha llevado a protagonizar multitud de protestas.
Se acaba así con la «anomalía» que ha durado durante «más de 12 años» de «hacer creer al consumidor» que el valor de la leche se correspondía con el bajo precio que pagaba por ella.
Con la subida del precio de la leche en los lineales durante esta crisis (en octubre subió, por ejemplo, un 10,4 % anual y acumula subidas así durante bastante meses), el consumidor «ha podido romper» la imagen que tenía de este producto: ha cambiado su «cultura» y hasta «su lenguaje» hacia la leche.
En esa línea, Calabozo ha valorado la reducción o eliminación del IVA a productos básicos como la leche, una medida positiva que «ha venido bien» para «amortiguar el efecto de la inflación» sobre el consumidor.
Ha pedido al nuevo Gobierno que amplíe el rango de productos que se pueden beneficiar de ello y, de paso, un «marco de certidumbre» en legislación para «generar entornos en las zonas de producción y transformación que favorezca la atracción de empleo y de capital».
EL SECTOR, EN CIFRAS
España cuenta con 1.629 industrias lácteas, de las que el 98,5% son pymes y es un área que contribuye al 1,3% del PIB nacional.
La industria láctea española absorbe más de 8,3 millones de toneladas de leche al año (de todas las especies, de las cuales 7,4 millones son de leche de vaca); con un valor de la producción de más de 9.500 millones de euros y una facturación de 11.800 millones de euros anuales.
Además, esta industria emplea directamente a más de 30.000 personas (el 8,5% del empleo del conjunto del sector agroalimentario), según los datos aportados por la federación.