Ha recordado que el supuesto fraude se ha detectado por el adecuado funcionamiento de los sistemas de control y trazabilidad de la cadena alimentaria, así como por los sistemas de autocontrol establecidos por las propias empresas fabricantes para detectar lotes irregulares y retirarlos inmediatamente del mercado.
Sistemas que permitirán -apostilla esta patronal- investigar el origen y responsabilidades de esta actuación irregular.
Junto a los análisis impulsados por la Comisión Europea la semana pasada, las industrias están realizando autocontroles adicionales, incluyendo análisis de laboratorio regulares mediante "PCR", añade.
Y las organizaciones sectoriales han instado a las empresas a trabajar conjuntamente con sus proveedores para reforzar los controles en las cadenas de suministro, con el objetivo de proteger la autenticidad de las carnes e ingredientes utilizados en la elaboración y, consecuentemente, los derechos de los consumidores.
Ha puntualizado que se está investigando para conocer si la materia prima irregular procede del mismo origen que la encontrada en Irlanda, Francia y otros países, ya que ninguna de las empresas involucradas había adquirido, utilizado ni procesado carne equina.
"Esto hace considerar que el origen de esta contaminación pudo estar en un lote o lotes de carne de vacuno congelada mal manipulados con trazas de ADN equino, por contacto entre las carnes o por mezcla de éstas en su manipulación en fresco", argumenta.
En este contexto, ha reiterado que el sector "es el primer interesado" en que se detecte, investigue y corrija "con eficacia" cualquier posible error o actuación fraudulenta en la cadena de producción y comercialización de las carnes y sus productos derivados para restaurar la confianza de los consumidores.