En el informe, en el que recuerda que España se encuentra entre los cuatro principales productores europeos de alimentos de origen animal y vegetal, Crédito y Caución insta al sector a afrontar los retos de una economía globalizada, con mercados más abiertos, alta volatilidad en los precios agrícolas y una creciente demanda global de transformados.
La industria de España, añade, debe ganar en competitividad e innovación, aumentar las exportaciones y trabajar para lograr una mayor capacidad para repercutir los costes de producción.
Para ello recomienda el desarrollo de grandes empresas y la integración de las cooperativas agrícolas -unas 4.000, pero con un volumen de negocios muy bajo, inferior a 5 millones de euros- para afrontar la modernización e internacionalización.
Ninguna cooperativa española se encuentra entre las 25 mayores de la Unión Europea y como ejemplo cita que dos de ellas -de los Países Bajos- facturan tanto como las 4.000 nacionales.
Insta a España, además, a mejorar el funcionamiento de la cadena alimentaria para aumentar la eficiencia y la competitividad, así como optimizar la calidad de la gestión empresarial, especialmente en aspectos como la planificación estratégica, la gestión de los costes y la comercialización.
Según remarca, la industria se ve influida por factores como la disminución del consumo privado, la volatilidad de los precios internacionales, la dificultad para repercutir costes a unos consumidores más exigentes y los nuevos hábitos -como los productos más fáciles de usar y los "funcionales"-, a los que se une el peso creciente de las marcas de distribución.
Entre las debilidades, los expertos de Crédito y Caución indican que el sector no es ajeno a los problemas de falta de flujos de crédito y de liquidez de la economía española y los largos períodos de pago, que llegan hasta los 79 días e incluso hasta 100 o 120 días en el caso de las frutas y hortalizas.
En su conjunto, la producción, la transformación, suministro y distribución en el mercado español en el sector agroalimentario representa casi el 8 % del PIB y engloba a casi 1.800.000 trabajadores, el 10 % del empleo total en España.
El informe resalta la contribución de la industria agroalimentaria para reducir el déficit comercial y la pujanza de sectores con vocación exportadora como los alimentos y las bebidas y, dentro de los primeros, las carnes -aunque con problemas como el alto coste de la alimentación y la energía- y las frutas y verduras.