Asaja Salamanca ha denunciado la incongruencia entre los objetivos del Plan Estratégico de la PAC y la realidad del campo, asegurando que «nos obligan a echar herbicida” para cumplir la condicionalidad reforzada y ante la prohibición de poder labrar las parcelas.

La organización reconoce que son muchos los agricultores que de forma continuada reclaman poder labrar sus parcelas recién cosechadas con la intención de eliminar malas hierbas y preparar así una buena sementera para la campaña siguiente.

Salvo los municipios en los que las ovejas aprovechan estos rastrojos y donde debe cumplirse la ley de pastos y rastrojeras, el resto de municipios salmantinos sin asignación de rastrojeras no tienen ganado que elimine las plantas adventicias brotadas en los meses de primavera y verano.

Sin embargo, a través de lo que se denomina Condicionalidad reforzada, todos los agricultores y ganaderos beneficiarios de pagos directos, deben cumplir con las llamadas BCAM (Buenas Condiciones Agrícolas y Medioambientales).

Se trata de 10 BCAM entre las que se encuentra la BCAM 6, Cobertura mínima del suelo para evitar suelos desnudos en los periodos más sensibles.

«Pues bien, esta norma dice que en las parcelas que se siembren de cultivos herbáceos de invierno, no se labrará el suelo con volteo ni se realizará laboreo vertical, entre la fecha de recolección de la cosecha y el 1 de septiembre, en este caso de 2023».

«NADIE ENTIENDE TAL INCONGRUENCIA. ¿QUÉ ES MEJOR PARA EL MEDIO AMBIENTE, LABRAR LAS PARCELAS O APLICAR HERBICIDAS»

Si bien ya esta norma existía en años anteriores, lo cierto es que permitía labores superficiales, aunque no voltear, sí labrar las parcelas cosechadas de grano con labores verticales poco profundas y así eliminar malas hierbas brotadas en los meses de verano.

Esta práctica agronómica además de ser una práctica tradicional utilizada desde nuestros ancestros, es recomendada por ingenieros agrónomos y los libros de fitotecnia como una medida cultural previa a la utilización de fitosanitarios. Por eso, critican que «nadie entiende tal incongruencia. ¿Qué es mejor para el medio ambiente, labrar las parcelas o aplicar herbicidas».

Pues bien, las circunstancias de este año, con un mes de junio récord en pluviometría, han hecho brotar de forma desmesurada y de manera incontrolable las malas hierbas hasta el punto de poder comprobar con un simple vistazo, que el campo está como comúnmente se dice “lleno de mierda”.

Y para eliminar estas malas hierbas, y preparar la próxima campaña de siembra, la única opción que tiene el agricultor es utilizar herbicidas totales, como por ejemplo el glifosato materia activa, que en sus diferentes formulaciones elimina dicotiledóneas y monocotiledóneas, malas hierbas anuales y plurianuales con unas dosis que rondan entre 2 y 8 l/ha dependiendo del herbáceo a eliminar.

Por ello, Asaja Salamanca exige a los responsables en materia de la PAC, «la modificación de esta BCAM, en todo momento, pero especialmente en un año tan atípico como el que estamos sufriendo el sector agrario, con una sequía histórica y unos elevados costes de producción, que sumados a una mala utilización de las prácticas agrícolas lo único que conseguirán es más perdidas al agricultor, el cierre de más explotaciones y el encarecimiento de productos de primera necesidad para el resto de los consumidores europeos, beneficiando una vez más a cualquier productor externo a la Unión Europea, que no tiene que cumplir practicas absurdas».

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