Todo apunta a que, por primera vez en la historia reciente, el año se cerrará con menos de 15.000 ganaderos lácteos en nuestro país. El 1 de abril se cumple el segundo aniversario del sistema de cuotas de producción lácteas y el balance no puede ser más negativo: cierre de 1.696 explotaciones, 70 al mes. En abril de 2015 había 16.998 ganaderos dedicados a la producción de leche en España. Hoy quedan, 15.302. Una situación que, desde COAG, estaba prevista en la ‘hoja de ruta oculta’ de Gobierno y UE para el sector lácteo.
“Fuimos la única organización que advirtió de los negativos efectos de la eliminación de las cuotas y lamentablemente el tiempo nos ha dado la razón. Aquellos que en su momento apoyaron un futuro sin cuotas ahora callan y no asumen responsabilidades”, ha subrayado Charo Arredondo, responsable del sector lácteo de la Comisión Ejecutiva de COAG.
La tendencia la alza de los precios en origen de la leche en los últimos meses no ha servido para frenar esta espiral, puesto que las cotizaciones medias (0,31€/l) aún se sitúan por debajo de los costes de producción (0,34€/l.) “En estas condiciones es muy difícil superar el umbral de rentabilidad, máxime cuando la inmensa mayoría de los ganaderos vienen arrastrando una situación de precios de ruina desde hace año y medio”, ha afirmado Arredondo.
En este sentido, desde COAG se critica la ‘hoja de ruta oculta’ de Gobierno y UE para el sector lácteo: equilibrar oferta y demanda sacrificando ganaderos. En nuestro país, el acuerdo para la sostenibilidad del sector lácteo, (que COAG no suscribió porque no garantizaba ni garantiza una remuneración justo para los ganaderos), no está sirviendo para revertir la situación ya que una parte de las industrias siguen amenazando diariamente con la no recogida para imponer sus precios y condiciones, y en los casos más extremos abandonando la recogida de forma unilateral sin alternativa alguna para los ganaderos de la zona.
«El paquete de medidas por la crisis láctea presentado por Bruselas era una trampa, ya que enmascaraba un plan de abandono»
A nivel comunitario, la falta de soluciones efectivas a la crisis láctea ha provocado situaciones paradójicas: se destina presupuesto para compensar a aquellos ganaderos que reducen su producción al tiempo que se liberaliza totalmente el sector, al tiempo que se abre la puerta a proyectos como el de la macro-granja de 20.000 vacas en Noviercas, que pretende producir 180 millones de litros de leche al año (el equivalente a 432 explotaciones familiares de Castilla y León).
Por esto, desde esta organización agraria se insiste, dentro de su denuncia por esa ‘hoja de ruta oculta’, en que «tal y como adelantamos en su momento, el paquete de medidas para afrontar la crisis láctea presentado por Bruselas era una trampa, ya que enmascaraba un plan de abandono, al tiempo que favorecía una deslocalización de la producción a favor de los países del centro y norte de Europa y los intereses de industrias y cadenas de distribución.
Además, COAG considera que la extensión de la intervención pública de leche en polvo y la ampliación de los regímenes de ayuda al almacenamiento privado no tendrán ningún efecto en el mercado si no va acompañada de una subida de los precios de intervención. “Lejos de ello, la salida a bajo precio de las casi 420.000 toneladas de leche desnatada en polvo almacenadas, distorsionarán nuevamente el mercado y sólo servirán para que las industrias puedan elaborar miles de yogures con materia prima barata”, ha afirmado la responsable de COAG, a lo que ha añadido: “un “des-acuerdo lácteo a punto de explosionar y una escasa voluntad política para articular mecanismos de regulación de mercado eficaces, que equilibren oferta y demanda sin destruir el tejido productivo, amenazan el futuro de las explotaciones familiares en España”.
A nivel europeo, y como contrapeso a esta ‘hoja de ruta oculta’ COAG y Coordinadora Europea Vía Campesina (ECVC), consideran que sólo el restablecimiento de instrumentos públicos de regulación de la producción y una normativa que ponga límite a la dimensión de las explotaciones (que evite macro-granjas industriales de 20.000 vacas como la del proyecto de Noviercas) puede garantizar la sostenibilidad económica, social y medioambiental de la actividad ganadera en la UE.