Los regantes valencianos, que se abstuvieron durante la votación del Plan del Júcar, consideran que el acuerdo alcanzado es el menos malo en estos momentos, ya que por un lado abre la puerta a la toma de caudales en Cortes de Pallás, pero por otro garantiza la inversión de casi 50 millones de euros en planes de modernización de regadíos en la Ribera del Júcar, un proyecto que lleva años paralizado.

   Menos comprensivos se muestran los representantes de Xúquer Viu, quienes consideran que la Generalitat "ha cedido ante el ‘lobby’ alicantino" para recuperar la citada toma de Cortes de Pallás.

ASAJA Alicante, satisfecha y aclara que no quieren "perjudicar a nadie"

    Por su parte, ASAJA Alicante valoró positivamente la labor en defensa de los intereses hídricos de la provincia. En un comunicado, el presidente de esta organización, Eladio Aniorte, afirmó  que "por fin se ha impuesto la lógica y se han frenado las intenciones de las organizaciones que representan a los agricultores valencianos. No deben temer nada. A nosotros no nos interesa perjudicar el sistema hídrico, necesitamos el agua más que nadie para poder desarrollar nuestro trabajo. Por ello, cuando no se pueda coger el agua desde Cortes de Pallás, nos conformaremos con Azud de la Marquesa, pese a su baja calidad. Vaya de primeras nuestra buena fe y el compromiso de que sólo se realizarán desembalses de Cortes cuando haya sobrantes".

Llauradors cree que se abre la puerta a dejar "sin alternativas de cultivo en el futuro"

    Por su parte, la Unió de Llauradors afirmó que el Plan Hidrológico del Júcar consolida los regadíos de la Mancha Orienta, que no están cuantificados ni controlados; consolida explotaciones alegales de pozos, y abre la posibilidad de ampliar nuevos regadíos al pasar de una dotación de 65 a 100 Hm3 para comercializar productos agrarios una agricultura con escasa rentabilidad y muy subvencionada.

    La organización agraria cree que "esta circunstancia provocará que se limite el agua a la Ribera en el presente y le deje sin alternativas de cultivo en el futuro» porque «ni siquiera le mantiene lo que actualmente hay". Además, afirman que "implica también que haya menos agua para trasvasar al Vinalopó, por lo que los regantes de esta comarca alicantina se verán afectados negativamente por este plan de demarcación".

Los regantes de La Ribera amenazan con ir a Bruselas

    Los regantes de La Ribera no se dan por satisfechos con este acuerdo y promesas. El secretario general de la Unidad Sindical del Júcar (USUJ), Juan Valero de Palma, criticó “el error” de no negociar con ellos un protocolo que genera “incertidumbre”, y recordó al Consell sus “pronunciamientos clarísimos” de que cualquier decisión sobre el trasvase contará con los regantes de La Ribera.

   “Ha sido todo un engaño y no consentiremos que avance una segunda toma, iremos a Bruselas o donde haga falta”, aseguró más contundente José Pascual Fortea, presidente de los regantes de Sueca. Fortea denunció también que en el nuevo plan del Júcar, y en el protocolo, se han “colado” 12 hectómetros cúbicos anuales para el Vinalopó de recursos de afluentes del Júcar. “Es como darles ya una concesión de agua cuando lo que tenían garantizado eran sobrantes del Júcar”, añadió.

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