La guerra en Ucrania obliga a poner en marcha medidas y cambios en la agricultura para aumentar la producción y mantener la oferta de alimentos en España y en la Unión Europea (UE), que podrían acordarse con urgencia pero que se reflejarán a medio o largo plazo.
La UE y el Gobierno español estudian un despliegue de actuaciones, en el marco de la Política Agrícola Comunitaria (PAC) o de las reglas comerciales ante el encarecimiento de las materias primas, y a su repercusión en la cesta de la compra.
Fuentes de las asociaciones de productores y comerciantes españoles han asegurado, en declaraciones a Efeagro, que urge dar señales políticas para abordar cambios en la agricultura , ante un panorama que amenaza la rentabilidad del campo y el suministro de alimentos y piensos.
Sin embargo, han reconocido que las medidas que se barajan darán fruto a medio o largo plazo y que incluso es el momento de plantear cambios de calado.
Más allá de las herramientas a corto plazo, crecen las voces gubernamentales y sectoriales a favor de una estrategia para reforzar la “soberanía alimentaria” comunitaria
Sin olvidar la necesidad de ampliar los mecanismos de ayuda alimentaria de la UE a las clases más desfavorecidas, en los que está previsto el uso de excedentes agrícolas.
España compra a Ucrania el 27% de sus importaciones de maíz y el 62% de sus adquisiciones de girasol.
CALENDARIO INMEDIATO
El Consejo de Ministros de Agricultura de la UE abordará el 21 de marzo las medidas para afrontar las consecuencias del conflicto y la necesidad de afrontar cambios en la agricultura.
La semana próxima está prevista la celebración de un Comité de Gestión de la UE -con representantes de los Estados miembros- que podría dar el visto bueno el jueves a ayudas por retirar o por el almacenamiento privado de carne de porcino.
La UE debate por otra parte la utilización de tierras en barbecho para aminorar el déficit de materias primas.
Además, está en el punto de mira la activación de la “reserva de crisis”, para la que se detrae presupuesto de la PAC, una herramienta no utilizada durante la pandemia.
La invasión rusa “trastoca” la agricultura, provoca “una tormenta perfecta” y apuntala la dependencia del exterior en abonos o fertilizantes, según ha subrayado el director de relaciones internacionales de Asaja, Ignacio López.
En relación a la ganadería, López ha recalcado la necesidad de “reforzar la capacidad productiva” de materia prima para piensos, de forma que se pueda obtener carne a un precio razonable.
Ante la pregunta de si hay tiempo para sembrar más cereales por el calendario, el representante de Asaja ha señalado que sí, pero con rapidez y con otras actuaciones que acompañen a ese permiso para los barbechos.
Como ejemplo, ha apuntado que existe un problema de disponibilidad de semillas certificadas, por lo que tal vez habría que suavizar momentáneamente esa condición.
El secretario general de la patronal de comerciantes de cereales y oleaginosas Accoe, José Manuel Álvarez, ha cuestionado que el uso de tierras de barbecho vaya a solucionar los problemas de oferta porque “hay cereales ya sembrados” y además, España tiene poca agua.
MEDIDAS EN FRONTERAS
La flexibilidad en las fronteras es otra de las medidas que se debaten y que demandan los importadores y comerciantes de cereales y de soja o girasol.
El Gobierno español ha hablado de buscar sustitutos a los envíos de Ucrania en las partidas de Estados Unidos o de Argentina.
Pero en este caso la traba es la posición restrictiva de la UE frente a los transgénicos, mientras que en EEUU, líder en el comercio de cereales, su utilización está ampliamente aceptada.
Según Álvarez, “es un buen momento” para un replanteamiento de la política que sigue la UE respecto a los organismos genéticamente modificados (OGM)
El representante de Asaja también ha sugerido una adaptación y homologación puntual de los límites máximos de residuos fitosanitarios requeridos a las importaciones, garantizando la seguridad.
¿MORATORIA A LOS CAMBIOS VERDES?
El Comité de Organizaciones Agrarias y Cooperativas comunitarias (COPA-COGECA), que integra a asociaciones españolas, ha vuelto a argumentar la inoportunidad del Pacto Verde y ha reivindicado retrasar la estrategia “De la granja a la mesa”, que incrementa requisitos al productor con topes de reducción de fitosanitarios o limitaciones de abonos.
Por el contrario, la coalición Por otra PAC, que engloba a ONG ambientalistas y productores ecológicos, ha alertado contra cualquier retraso en los objetivos contra el cambio climático.
(Texto: Mercedes Salas / Efeagro)