Este hace saltar el mecanismo que cierra la puerta del exterior, quedando el animal atrapado entre las dos puertas de la jaula. Posteriormente, el furtivo solamente tiene que abrir la puerta interior para que el animal pase cautivo dentro del cercado.

    Este tipo de trampa es masiva y no selectiva, lo que puede originar daños a cualquier especie, no solo de caza, sino de las consideradas silvestres que pueblan la comarca, como los tejones.

    Igualmente causa un sufrimiento extremo a los animales que quedan atrapados en ella, especialmente en la jaula de entrada, ya que al ser salvajes e intentar huir, se golpean contra el mallazo metálico provocándose heridas e incluso la propia muerte.

    Se desconoce el destino exacto de los animales capturados, pero habitualmente en este tipo de ilícitos se suelen utilizar para formar parte de cebo para la caza ilegal del lobo, cría en cautividad o venta para sueltas en otros espacios distintos, según han indicado desde la Guardia Civil que continúa investigando a los posibles responsables de este delito.

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