En el apartado de descensos, destacan especialmente las bebidas alcohólicas de alta graduación (-9,6%) y los vinos espumosos (-6,6%), así como la carne (-4,8%), el pan (-4,3%), el aceite (-2, %) la leche y los derivados lácteos (-1,2%), las bebidas refrigeradas y gaseosas (-1,1 %) y los huevos (-0,5%). El consumo de alimentos se situó en los 57 kilos por hogar.

      En cuanto a la contracción global del gasto, las mayores caídas se registraron en las partidas de aceite (-12,2% y 103,6 millones de euros); hortalizas y patatas frescas (-11,6%, 428,1 millones); y bebidas alcohólicas de alta graduación (-8,3% y 27,2 millones).

      Sin embargo, se elevó el consumo de agua envasada (6%, hasta los 44,4 millones) y de frutas frescas (2,5%, hasta 571 millones de euros).

Para los alimentos frescos, el barrio; para el resto supermercados e internet


      En cuanto a los canales de compra, crecen sustancialmente, para alimentación fresca, la compra por internet (+11,1%) y las tiendas de descuento (+6,8%); para esta gama de alimentos caen, en cambio, las adquisiciones en tiendas tradicionales (-2,9%), hipermercados (-1,1%) y supermercados (-1,1%).

      En cuanto a cuota de mercado para alimentación fresca, predomina la tienda tradicional, con un 38%.

      No ocurre lo mismo en las compras del "resto de alimentación", donde el mayor canal de compra es el supermercado (51,8 ), por delante de la tienda de descuento (20,4%) y de los hipermercados (18,6%), mientras la tienda tradicional supone sólo un 3,1% de estas adquisiciones.

      En cuanto al conjunto de las compras, el principal canal es el supermercado, con un 42,7%, seguido de la tienda tradicional, con un 18 %, y del hipermercado, con un 14,2%

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