En este sentido, un puñado de cerezas, unos 100 gramos, aporta a nuestro organismo casi 2 gramos de fibra, al igual que ocurre en el caso de otras frutas, formadas en esa misma cantidad de fibra dietética, componente que se concentra fundamentalmente en la piel de la fruta, asegura la DOP.

      En general, la fibra engloba todas aquellas sustancias vegetales que el aparato digestivo no puede digerir ni absorber. Son sustancias generalmente de tipo carbohidrato y que no tienen valor calórico puesto que el organismo, al no absorberlas, tampoco las metaboliza para obtener energía.

     Además de en las cerezas, picotas y otras frutas, la fibra está presente en cereales, legumbres, frutos secos, panes y pastas, y algunas especies.

Recomiendan su ingesta para personas que están a dieta


     Existen dos tipos de fibra, la insoluble, presente en el salvado de los cereales y que actúa sobre todo sobre el tránsito intestinal, y la soluble, la de las cerezas, cuyos beneficios para la salud son más amplios.

     Además de regular el tránsito intestinal, la fibra soluble actúa frente a niveles altos de colesterol, previene algunos tipos de cáncer y enfermedades como la diabetes o la obesidad, además de las patologías coronarias.

     Por su contenido en fibra, las cerezas están recomendadas para las personas que se encuentren a dieta, ya que además de ayudar al tránsito intestinal, ayudan a quemar el exceso de grasas, contribuyen a la hidratación corporal y aumentan la sensación de saciedad.

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