Este ha sido precisamente el objetivo de este foro, según ha explicado a Efe el director gerente del CIBA, Luis Rosell, incentivar el consumo de estos productos, apoyándolo en investigaciones científicas que confirmen que previenen enfermedades cardiovasculares.
Los investigadores apuestan por la ingesta y producción de productos autóctonos de Aragón
A partir de ahí, ha comentado, investigadores y empresas deben crear sinergias y aunar esfuerzos para incentivar en Aragón no sólo su ingesta, sino también el cultivo de estas variedades autóctonas.
El Jamón de Teruel, el tomate rosa de Barbastro, la cebolla de Fuentes de Ebro, la cereza de Bolea, el aceite Sierra de Moncayo o el Ternasco de Aragón, tan cardiosaludable como el pollo según estudios biomédicas, son algunos de los productos que componen esta cesta saludable.
También, el melocotón de Calanda, rico en vitaminas C, B3, B6 y en hierro y necesario para sintetizar otros aminoácidos como la carnitina, que protege al organismo de fallos cardiacos y anginas de pecho, ha indicado el director del Mercado en Origen de Frutas del Bajo Cinca y el Bajo Aragón, Juan José Orriés, ingeniero agrónomo.
Además de estos productos, en este cesta cardiosaludable cabrían además muchos otros, ya que el CITA tiene un banco de germoplasma que conserva más de 1.400 semillas de hortalizas autóctonas de Aragón, ha indicado a Efe la directora de investigación del CITA, Clara Marín.
Muchos de ellos no se cultivan en Aragón, a pesar de ser variedades autóctonas, debido en parte a que el sector productor aragonés no lo conoce, ha indicado Marín, quien ha señalado que la investigación científica ayudará a resaltar sus "bondades" y a fomentar su cultivo.
Propiedades organolépticas únicas
"Además, hay que conocer los sistemas de producción específicos para poder hacer un buen producto en valor, ya que no es lo mismo producir, por ejemplo, el tomate rosa en una tierra que en otra", ha puntualizado.
Todos estos productos tienen unas propiedades organolépticas únicas y mayor capacidad antioxidante, además de menores niveles de grasa, que previenen tanto las cardiopatías isquémicas como los cánceres gastrointestinales.
Un "buen ejemplo" es el jamón de Teruel, compuesto por proteínas con un alto valor biológico y muy digestibles, en el que predomina la grasa insaturada, a diferencia de la que se encuentra en otros alimentos de origen animal que habría que limitar en la dieta, ha comentado a Efe el profesor de nutrición de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza, Agustín Ariño.
De hecho, científicos de la Universidad de Zaragoza están ensayando distintos tipos de alimentación para mejorar la calidad de la grasa del cerdo blanco del que proviene el jamón de Teruel, al tiempo que se investigan sistemas tecnológicos para reducir la cantidad de sal en el proceso de curación.