El lobo, considerada una especie protegida al sur del Duero, está recuperando terreno y en su avance hacia Andalucía se ha topado con una trampa mortal, las carreteras de Madrid, donde han muerto atropellados cuatro ejemplares en poco más de dos años, el último el 3 de agosto a la altura del kilómetro 80 de la A-1.
Se trata de una loba que fue recogida sin vida a la caída de la tarde de ese día por agentes forestales tras ser atropellada por varios vehículos, en el término de Piñuécar-Gandullas, según publica ‘El País’ y ha confirmado a Efe un portavoz de la Consejería de Medio Ambiente.
Los forestales trasladaron a la loba al Centro de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS), dependiente de la Comunidad de Madrid, donde aún no se le ha practicado la necropsia que determine la causa de la muerte, la edad y si estaba preñada.
Esta especie desapareció de Madrid en los años cuarenta ha logrado recuperarse entrando y saliendo desde Castilla y León
El primer lobo atropellado en la región madrileña fue encontrado a mediados de abril de 2015 en la carretera M-622, entre Guadarrama y Los Molinos.
El segundo ejemplar fue hallado en enero de 2016, también en la autovía de Burgos (A-1), en el kilómetro 93, en el término de Somosierra.
Ese mismo mes, el 21 de enero, un vecino de Manzanares el Real encontró en la cuneta de la M-608, a su paso por esta localidad, el cadáver de un lobo al que le fue hecha una necropsia en el CRAS que confirmó que había perecido como consecuencia de un atropello.
Esta especie desapareció de Madrid en los años cuarenta del siglo pasado, pero en los últimos años ha logrado recuperarse y, tras un tiempo entrando y saliendo en la región desde Castilla y León, ha vuelto a instalarse en la región hace pocos años.
Un grupo de naturalistas de la Asociación Sierra Carpetania grabó en 2012 imágenes de una manada en el valle del Lozoya y cámaras de la Comunidad de Madrid hicieron lo mismo en el Parque Nacional de Guadarrama un año más tarde.
Los especialistas creen que en estos momentos existen al menos tres o cuatro manadas, con un mínimo de cinco ejemplares cada una, en la zona norte de la región.
Desde el primer atropello en la A-1, son varios los colectivos y organizaciones que reclaman la construcción de pasos para la fauna en la autovía de Burgos, en la zona de Somosierra, que permita al lobo, en su avance hacia el sur de la península, saltar a la provincia de Guadalajara sin morir en la red de carreteras madrileñas.
(Foto: Archivo)