El Parlamento Europeo ha exhibido este jueves 13 su división sobre el acuerdo de asociación UE-Mercosur, un pacto que, pese al respaldo de los dos grupos mayoritarios, despierta preocupaciones en amplios sectores del hemiciclo y enfrenta un complicado camino para su ratificación parlamentaria.

Los eurodiputados han escuchado al comisario de Comercio, Maros Sefcovic, quien ha incidido en la importancia geopolítica del pacto y en las oportunidades que ofrecerá a muchas empresas europeas, además de mencionar las salvaguardas incluidas y la intención de Bruselas de crear un fondo de compensación para proteger a los productores agrarios.

El cierre de la negociación del acuerdo el pasado mes de diciembre abre ahora el proceso de ratificación, ya que el pacto tiene que obtener el visto bueno del Consejo de la UE, el Parlamento Europeo y posiblemente también de los parlamentos nacionales de los países de la UE.

EL PSOE Y EL PP EN ESTA OCASIÓN SÍ VAN DE LA MANO RESPALDANDO EL ACUERDO

Desde el PP, Gabriel Mato ha dicho que con el acuerdo la UE se juega «la capacidad de seguir siendo un actor relevante» en el comercio global y ha subrayado los «claros beneficios» que implicará para las empresas europeas, que tendrán «acceso a mercados estratégicos».

Mato, que además es el ponente permanente de la Eurocámara para este acuerdo, ha admitido que comparte «la preocupación del sector agrícola», aunque ha precisado que el problema no es Mercosur, sino una política agraria europea «que no tiene en cuenta la realidad del campo» ni dispone de «las herramientas necesarias para competir».

Desde el grupo socialdemócrata, muchas voces han incidido en la importancia del acuerdo en el contexto actual y a los lazos de Europa con América Latina.

Leire Pajín (PSOE) ha pedido hablar de «lo que realmente contiene» el acuerdo con Mercosur, como medidas para proteger el medioambiente, así como los derechos laborales o los de los pueblos indígenas.

Otros socialdemócratas han recalcado que será clave la labor de escrutinio del Parlamento Europeo: el alemán Bernd Lange, de los perfiles más veteranos del grupo en materia comercial, ha dicho que «aún hay tiempo de cambiar cosas» y que la Eurocámara ya ha logrado enmendar otros pactos previos.

Populares y socialdemócratas han sido los dos grupos que más sólidamente defendieron el acuerdo, mientras que los ultraconservadores (ECR) y liberales están más divididos.

Las dos delegaciones más grandes de ECR, los Hermanos de Italia de Giorgia Meloni y los polacos de Ley y Justicia, chocan en este sentido.

El italiano Carlo Fidanza ha defendido que tras el acuerdo hay «motivos geopolíticos y oportunidades de crecimiento» mientras que el polaco Patryk Jaki ha criticado que se esté «intentando destruir la agricultura europea porque quieren vender más coches».

También en Renovar Europa (liberales) ha quedado patente la división entre las delegaciones francesa, belga o irlandesa, que se oponen , y otras como la alemana, cuya eurodiputada Svenja Hahn ha subrayado que la bajada de aranceles impulsará a las empresas y permitirá a Europa a acceder a materias primas que apoyarán sus objetivos climáticos.

Oihane Agirregoitia, del PNV, ha considerado que los temas que preocupan, como el uso de hormonas, los productos fitosanitarios o el cumplimiento del Acuerdo de París, «tienen que estar encima de la mesa» y opinó que hace falta «claridad» sobre los productos protegidos, las medidas compensatorias y salvaguardias.

CUATRO GRUPOS EN CONTRA

Los Patriotas por Europa (ultraderecha) son el grupo más grande que rechaza el acuerdo; Mireia Borrás, de Vox, aseguró que la UE se va a ver «inundada» por carne hormonada, soja transgénica y otros productos no sometidos a los estándares europeos.

Muchos de los eurodiputados que se han pronunciado en contra, tanto a la izquierda como a la derecha del arco parlamentario, han mencionado la propuesta de la Comisión Europea de establecer un fondo de reserva de 1.000 millones de euros para los agricultores europeos que se vean afectados por el acuerdo con Mercosur, un fondo de reserva que se incluiría en el presupuesto 2028-2034.

«Prometiendo un fondo de compensación para los agricultores se reconoce que este acuerdo traerá problemas para los agricultores», ha criticado el eurodiputado de la Agrupación Nacional francesa Jean-Paul Garraud.

Desde el segundo grupo de ultraderecha en la Eurocámara, la Europa de Naciones Soberanas, el búlgaro Stanislav Stoyanov ha dicho que «no está claro» de dónde saldrá ese dinero y «si llegará a tiempo».

El acuerdo tampoco convence a la Izquierda o a los Verdes/Alianza Libre Europea, desde cuyas filas Ana Miranda (BNG) ha advertido de que no se ha tenido en cuenta a los productores de carne y lácteos, en particular a los gallegos, para los que auguró un impacto negativo.

«No podemos romper nuestros propios principios porque Trump haya vuelto a Estados Unidos. La geopolítica nos debe preocupar (…), pero no a costa de perder nuestra soberanía», ha subrayado por su parte Diana Riba (ERC).

Desde Compromís, Vicent Marzà ha señalado que Mercosur ha conseguido la «unanimidad» contra el acuerdo de los sectores agrícolas y sindicatos de ambos bloques y consideró que ese acuerdo solo beneficia «a las grandes multinacionales».

×