La situación es crítica entre dos colectivos empresariales, los de fabricación de vinagre y los destiladores de alcohol de uso de boca, ante la escasez de vino a precios competitivos para poder mantener la producción y, con ello, abastecer los mercados, tanto nacionales como internacionales.

Las cortas cosechas en prácticamente todos los grandes productores europeos, incluida España, ha provocado una fuerte subida de los precios del vino que ya empieza a ocasionar algunos problemas, incluida la reducción de márgenes de las bodegas, que no siempre podrán repercutir todos los ascensos al consumidor.

El precio del vinoes tan alto que «hacen imposible su adquisición para la producción de destilados y aguardientes de vino»

El presidente de la Asociación de Destiladores y Rectificadores de Alcoholes y Aguardientes Vínicos (Adevin), Francisco Ligero, asegura que la situación es «bastante complicada y crítica» en el sector, ante la baja situación de existencias y cosechas.

Las cotizaciones actuales del vino, su materia prima, son tan altas que «hacen absolutamente imposible su adquisición para la producción de destilados y aguardientes de vino», explica a Efeagro.

En esta coyuntura «no vamos a poder vender nada», al no ser competitivos, por lo que «será un año muy complicado» para las empresas en lo económico y de incertidumbres para el empleo.

«Habrá situaciones de crisis que cada empresa tratará de resolver de la mejor manera posible» y «probablemente se pueda abrir algún ERE o algún tipo de medida» que cada compañía deberá de sopesar.

Estas empresas -que tienen entre sus clientes a elaboradores de bebidas espirituosas como el brandy- pueden seguir trabajando en muchos casos con otros subproductos durante algún tiempo pero «será muy difícil que puedan continuar con su actividad de destilación de vinos a estos precios», argumenta el presidente de Adevin.

Entre los damnificados, el mercado del vinagre de vino también «ha entrado en una fase de absoluta parálisis».

Desde la Asociación Española del Vinagre (AEVIN) afirman que ya se empiezan a advertir las consecuencias de una campaña muy corta en España y otros países productores de vino, que ha provocado que no haya materia prima suficiente destinada a la vinagrería.

«Este colapso en el suministro pone en grave peligro las elaboraciones de vinagre para mantener los compromisos de venta y los mercados de exportación», advierte esta patronal alimentaria.

En este contexto, muy preocupadas, estas firmas hacen un llamamiento a los elaboradores de vino para que preserven la distribución del sector, manteniendo un porcentaje para vinagrería.

En el nivel de volúmenes comercializados no habrá cambios porque todas las regiones del mundo tienen stocks para responder a la demanda

Por otra parte, las bodegas han tenido que afrontar este año una caída de volúmenes de producción de la uva aunque el desabastecimiento está descartado. No faltará vino.

El secretario general del Comité Europeo de Empresas del Vino (CEEV), Ignacio Sánchez, estima que a nivel de volúmenes comercializados no habrá cambios porque casi todas las regiones del mundo tienen stocks que permitirán responder a la demanda pese a las menores cosechas experimentadas en los principales productores.

Sólo si la sequía y otras adversidades climáticas se mantuvieran tres o cuatro años, llegarían tensiones porque los stocks desaparecerían y habría problemas para poner vinos en los mercados.

Sobre la previsible evolución de los precios, recuerda que las bodegas han tenido que pagar más caras las uvas y, así, estas empresas tendrán teóricamente que sacar vinos algo más caros.

En este contexto, habrá menos presencia de vinos jóvenes en el mercado, más baratos, porque se guardará materia prima para elaborar crianzas o reservas, por ejemplo, que tienen mayor capacidad de absorción del aumento de los costes de producción.

El secretario de esta patronal de bodegas europeas estima que el consumidor sólo notará «un pequeño ajuste de precios» de los vinos embotellados; y en todo caso, las subidas no serán importantes.

«Sabemos que el consumidor es bastante tirano con el precio; compra lo que quiere y al precio que quiere y no podemos subirlos de manera unilateral» y, de hecho, las bodegas no repercutirán todo el incremento de costes de aprovisionamiento al usuario.

Mientras tanto, los vinos a granel continúan su espiral de continuas alzas semanales. El Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama) recoge del 6 al 12 de noviembre subidas del 1,22 % respecto a la anterior para los vinos blancos sin DOP ni IGP, que escalan hasta los 43,15 euros por hectolitro y del 0,96 % del tinto común, que se queda en 51,05.

(Texto: Ginés Mena / Efeagro)

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