Por su parte, Vilaplana detalló las actividades que hace el Colegio de Veterinarios para concienciar sobre el bienestar de los animales: las charlas en los centros educativos, la creación de la Cátedra Externa de Bienestar Animal, las entregas de lectores de chips a las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, su colaboración con estas en las operaciones contra el maltrato animal, o la campaña ‘Objetivo galgos’, en la que se enmarca la jornada en Sanlúcar.
En sus facetas como veterinarios y escritor, Gonzalo Giner presentó su libro ‘Pacto de lealtad’, destacó la importancia que han adquirido las nuevas tecnologías en la concienciación contra los malos tratos hacia los animales y en la difusión de la tarea que hacen las protectoras.
Entre el público (unas 70 personas), había veterinarios/as, miembros de asociaciones en defensa de los galgos, personas interesadas en la materia y miembros de la federación de galgueros. Entre sus aportaciones y las de la mesa, se extraen unas cuantas conclusiones: la educación es la base para lograr el cambio de mentalidad necesario que termine con el maltrato hacia los galgos; hace falta que las administraciones se impliquen más en la lucha -y castigo- contra el maltrato; hay mucha más concienciación sobre el problema de los galgos, hay más adopciones y colaboraciones, pero mientras no habrá solución mientras siga el problema de raíz (la crianza masiva, abandono y maltrato de estos animales); en la comunidad de galgueros rechazan estas malas prácticas y defienden su trabajo para mantener la raza.
Por tanto, como casi en todo, hace falta que todas las partes implicadas (protectoras, administraciones, veterinarios, autoridades, galgueros) se involucren, juntas, para acabar con un problema que existe.
Terminado el debate, se sorteó una de las fotografías que formaban la exposición ‘Corriendo tras un sueño’. Los fondos recaudados fueron para la asociación Galgos&Friends. La charla siguió de forma amistosa y agradable en el aperitivo de después, donde los aficionados a las lecturas de las obras de Giner pudieron adquirir sus libros y pedir la firma del autor.