Se catan más de 7.300 muestras de vino, con lo que el volumen de información es grande y existía el riesgo de cometer algún error en la transcripción posterior de las fichas, ha dicho.
Ahora desaparece esa posibilidad porque las personas que participan en las catas, unas 160, que completan unas 1.500 sesiones, incorporan la información en el momento a través de una "tableta", en la que rellenan los mismos datos que en las antiguas fichas.