El acuerdo, apoyado por una amplia mayoría, insiste en recomendar el respeto de la finalidad del acuerdo adoptado en febrero de 2009 en materia de variedades blancas.

    El objetivo de ese acuerdo era desarrollar una superficie entre 2.000 y 2.500 hectáreas con las nuevas variedades blancas autorizadas -tempranillo blanco, maturana blanca, turruntés, sauvignon blanc, chardonnay y verdejo-, además de la malvasía y la garnacha blanca, "en la seguridad de que representarán la clave para el éxito futuro de los vinos blancos de Rioja, dadas las preferencias del mercado".

    En las directrices del Plan Estratégico de Rioja 2005-2020 ya se planteó la necesidad de "dotar de una mayor competitividad a los vinos blancos de Rioja, adaptando sus características a las tendencias actuales del consumo", mediante la diversificación y mejora de su oferta, ha precisado.

    El Consejo cree que el impulso a esa nueva política de vinos blancos en la DOCa Rioja no se ha desarrollado con la necesaria agilidad, como ha puesto en evidencia el estudio de mercado elaborado por Nielsen para el ejercicio 2012.

    Este estudio verifica el comportamiento positivo que han mantenido las ventas de vinos blancos de calidad en los últimos años, vinos que en la actualidad suponen el 24,2% del consumo, tras crecer un 9,6% en comparación con el año anterior.

    Rioja tiene el 7,2% de participación en el mercado español de vinos blancos con denominación de origen, mientras que en vinos tintos tiene el 48,5%, ha subrayado.

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