EFE.- En la España de clima mediterráneo, la desertización se produce por condiciones climáticas semiáridas, sequías estacionales, extrema variabilidad de las lluvias y lluvias torrenciales, manifestó a EFEverde el decano del Colegio de Ingenieros de Montes, Carlos del Álamo con motivo de la celebración mañana del Día Mundial contra la Desertización.

"En estas condiciones los suelos se vuelven pobres con una tendencia a la erosión, si se añade un relieve abrupto con laderas escarpadas, incendios forestales y sobrepastoreo el resultado es un proceso irreversible de pérdida de suelo fértil durante cientos de años", afirmó del Álamo.

En esta línea, el decano ha insistido que "la sobreexplotación de acuíferos y el mal uso del agua disponible" agravan el fenómeno y da origen a los extensos territorios en los que se desarrolla la desertización en España.

Según datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, en España el riesgo desertización "muy alto" afecta a un 2,03 % del territorio, mientras que el riesgo "alto y medio" afecta al 15,82 % y al 19,20 % del territorio respectivamente.

Las comunidades que sufren este proceso en mayor o menor medida son Murcia, Comunidad Valenciana, Andalucía, algunas islas de las Canarias como El Hierro o Fuerteventura, áreas del interior de Aragón y Cataluña y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla entre otras.

Por contra, las comunidades del norte peninsular como Galicia, Cantabria o el País Vasco son las menos dañadas.

Para mitigar los efectos de la desertización Del Álamo ha abogado por bosques "bien gestionados", herramienta imprescindible para luchar contra la desertización.

Desde el Gobierno se ha desarrollado el Programa de Acción Nacional contra la Desertificación (PAND) que constituye la principal obligación contraída por España como firmante de la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CLD).

Las medidas mas relevantes llevadas a cabo por el ejecutivo son la restauración de la cubierta vegetal, la lucha contra los incendios forestales y la elaboración de planes especiales de actuación en situaciones de alerta y eventual sequía.

Para Alberto Fernández, experto en política de agua de la organización ecologista WWF, la desertización es un proceso "importante" especialmente en el tercio inferior peninsular que lo sufre debido -entre otras causas- a la pérdida de la capacidad del suelo de mantener la vegetación.

Para Fernández, los recortes presupuestarios del Gobierno derivan en un "parón" grande en la restauración vegetal y ha criticado la actuación de las comunidades autónomas que han reducido las inversiones en la protección del suelo.

En esta línea, desde WWF han reclamado que en las negociaciones de la reforma de la Política Agrícola Común (PAC), la propuesta española se dirija a una mayor protección del agua y el suelo en sintonía con Europa que pide un "reverdecimiento" de la política agraria.

La desertización no sólo afecta a España: según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), este proceso perjudica a la cuarta parte del planeta, unos 250 millones de personas, y daña los medios de vida de más de mil millones de habitantes de unos cien países al reducir la agricultura y la ganadería.

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