Según los últimos estudios, los cultivos agrícolas desempeñan un papel importante en los cambios estacionales del dióxido de carbono en la atmósfera, según investigadores de las Universidades de Boston y Michigan. El aumento en la productividad del maíz y alimentos básicoscom el arroz, la soja y la cebada ha modificado significativamente el ciclo anual de CO2 en la atmósfera en el Hemisferio Norte.

      De hecho, según estos estudios, se cree que gran parte del cambio es causado porque el sistema natural reacciona ante un clima alterado, con modificaciones en la fotosíntesis, la respiración y la expansión de la vegetación leñosa como posibles contribuyentes.

      Y esto puede conllevar a que el compromiso de la Unión Europea sea tomar medidas para frenar estas emisiones, que puede tener un reflejo en la aplicación de su próxima reforma de la PAC. De hecho ya se está hablando, como medida de compensación, que a Comisión Europea estima que la economía verde podría crear unos 20 millones de empleos para 2020. En España, la hoja de ruta del Gobierno en los sectores difusos para ese año calcula que reducir un 10% las emisiones de transporte, agricultura, residuos y vivienda podría crear 45.000 empleos al año. Aunque no se señala qué coste tendría para el sector agrario.

El medio rural provoca el 13% de las emisiones de CO2

      En este sentido, Simon Anderson, director del grupo de cambio climático del instituto IIED, de Gran Bretaña., ha destacado que las consecuencias del cambio climático, que ya está instalado en el mundo, impactan con mayor fuerza en los países pobres y el medio rural, un fenómeno que los especialistas denominan "brecha adaptativa".

       De hecho, según señalo en unas jornadas en el País Vasco, el medio rural es responsable del 14% de las emisiones de gases de efecto invernadero, que son los causantes del cambio climático según datos difundidos por el BC3. De ese porcentaje, el 31  corresponde al sector ganadero; el 13% a la aplicación de fertilizantes sintéticos y el 10% a la deforestación tropical.

     Simón Anderson ha precisado, en una entrevista con Efe, que algunas de las actividades rurales que contribuyen al cambio climático también son el cambio de uso del suelo, al soltar al aire el carbono que se encuentra bajo tierra, así como el metano expulsado por los animales.

      Tras hacer hincapié en que el cambio climático "ya es inevitable, aunque se redujeran las emisiones a cero", este investigador ha alertado de que los impactos "más severos", como inundaciones, sequías o desprendimientos de tierras afectarán más al medio rural porque depende en mayor medida de los recursos naturales.

La posibilidad de crear un "impuesto sobre le carbono"


      "Parte de la solución", según Anderson, sería la instauración de un impuesto sobre el carbono, medida promovida por algunos economistas, a lo que habría que añadir la fijación de metas de reducción de emisiones "ambiciosas" y legislaciones estatales que incluyan dichas metas para el país, con independencia de quién lo gobierne.

     En el medio rural, la solución "racional y muy factible" consistiría en cambiar los métodos de producción cara a mantener el carbono en el subsuelo e incrementar la superficie de los bosques, ya que los árboles absorben CO2 y además crean un microclima favorable para la producción agrícola.

     Ha resaltado también que en la actualidad existen tecnologías para dar el paso a producciones más ecológicas, sin necesidad de pasar por la fase de un uso "no eficiente" de la energía, como ha ocurrido en muchos países desarrollados.

     Respecto a la reunión de Lima, Anderson ha considerado que el reto es elaborar un nuevo protocolo, que sustituirá al actual protocolo de Kioto. "Este es el gran desafío, porque algunos países no firmaron Kioto, como EE.UU., y hay que buscar un acuerdo en el que entren todos y que tenga un nivel de ambición suficiente para que sea efectivo", ha indicado.

×