EFE.- En una entrevista con Efe con motivo del XVI congreso de bancos de alimentos, que se celebra en Bilbao, Busto ha detallado que en 2009 cerca de 800.000 personas acudieron a las instituciones benéficas surtidas por los diferentes bancos de alimentos que existen en España y que esta cifra subió a 1.300.000 en 2010 y la previsión es de 1.700.000 personas para este año.
"La curva es ascendente y continúa -ha resaltado-, y nuestro temor cara al futuro es que si se prolonga mucho la situación de dificultad en las empresas, éstas restringirán gastos y personal, lo que hará crecer el número de demandantes de comida y disminuir los recursos de los que disponemos".
Busto ha destacado que esta situación no es específica de España, sino que se extiende por toda Europa, donde más de ochenta millones de personas viven por debajo del umbral de la pobreza y, de este total, treinta millones tienen problemas de nutrición, según sus datos.
En Europa, España ocupa el segundo lugar, por detrás de Francia, en número de bancos de alimentos y actividad. Francia tiene 79 bancos de alimentos y maneja al año 90 millones de kilos de alimentos, mientras que España cuenta con 52 bancos y reparte 84 millones de kilos al año.
La crisis económica, según ha destacado, también ha cambiado el perfil del demandante de alimentos ya que hasta el año 2007 acudían personas que carecen de vivienda, marginados sociales, enfermos de sida o ancianos, y desde 2008 se acercan a los comedores sociales personas con carrera universitaria que se enfrentan a la disyuntiva de pagar la hipoteca o comprar alimentos.
Esta situación, incluso, repercute en los padres de estas personas que han avalado la hipoteca correspondiente y se encuentran con el mismo problema.
Sobre el funcionamiento de los bancos de alimentos, Busto ha hecho hincapié en que "no distribuyen residuos, sino excedentes" de empresas y grandes superficies del ramo de alimentación, que muchas veces retiran envases con pequeños deterioros o etiquetas sueltas.
Otras veces, de forma coyuntural, llama alguna empresa que tenía prevista una exportación que finalmente se frustra, o se hacen colectas, y también cuentan con los excedentes que la UE pone a disposición de los países, ha precisado Busto.
Los bancos son entidades benéficas sin ánimo de lucro en la que trabajan voluntarios que no cobran y que, al no tener gastos fijos de estructura, son capaces de transformar cada euro en 100 o 120, según ha subrayado.
La obtención de recursos financieros es "dificultosa", según sus palabras, y proviene de instituciones públicas, cajas de ahorro o alguna entidad privada, pero, como consecuencia de la crisis económica, esta ayuda económica se ha reducido, aunque "curiosamente", según ha apuntado, ha aumentado la solidaridad de las personas y de la sociedad en general.
Respecto al trabajo del Banco de Alimentos de Vizcaya, su presidente, Nicolás Palacios, ha afirmado que reparte 2.600 toneladas de alimentos y atiende a 26.000 personas al año a través de 220 instituciones benéficas.
Como consecuencia de la crisis, en los últimos dos años también han experimentado un crecimiento del 50 por ciento en el número de personas que demandan alimento, a la vez que han observado que las empresas tienen menos excedentes "porque intentan afinar la producción".