EFE.- Así lo ha señalado a Efe el alcalde de Novillas, José Ayesa, quien ha informado de que alrededor de las 18.00 horas del lunes ha llegado la cresta de la nueva crecida del río, que normalmente tiene una anchura de cien metros y que se ha salido de su curso hasta llegar a los seis o siete kilómetros de ancho.

El Ebro a su paso por esta localidad ha superado los siete metros de alto y su caudal ha llegado hasta los 2.100 metros cúbicos por segundo, por lo que según Ayesa sería considerada una avenida ordinaria pero en cambio ha sido una de las crecidas más grandes que se recuerdan, después de la registrada en febrero de 2003.

Sin embargo, el alcalde se ha mostrado ya más tranquilo tras el paso de la punta de la crecida por lo que ahora ha dicho que en la localidad se vive cierta calma.

Aunque no ha sido necesario evacuar a la población ha causado algunos daños a tres casas, en las que durante todo el día han estado achicando el agua que se estaba filtrando, ha explicado.

La preocupación de Ayesa se centra ahora en que se prolongue durante mucho tiempo la punta máxima de la crecida porque los perjuicios serían mayores.

También, y además de seguir atentos al caudal del río, están pendientes de la evolución de los daños en campos e infraestructuras, una vez que el agua baje.

Por el momento, hay tres carreteras cortadas al trafico por esta riada en la provincia de Zaragoza, la CP-002d en Novillas, la A-127 en Gallur y la CP-0031 de Boquiñeni a Pradilla.

Precisamente en Pradilla, donde se espera que la punta de la crecida llegue en las próximas horas, según ha informado a Efe la teniente de alcalde, Inma Carcas, no está previsto evacuar a la población.

Sin embargo, están pendientes de la evolución del caudal del río y trabajando en el arreglo de una pequeña que se ha abierto en un terraplén aguas abajo.

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