CoopAgroalimentarias .- Pese a estas buenas previsiones, la cosecha está por debajo -6,8 millones de toneladas- del consumo estimado de cereales en España.

Para Cooperativas Agro-alimentarias este déficit debe concienciar al sector sobre la necesidad de organizar y homogeneizar la oferta, para estar en condiciones de proveer permanentemente a los consumidores de cereal, y evitar problemas de desabastecimiento.

La cebada continúa siendo el principal cereal producido en nuestro país con 8,95 millones de toneladas, lo que supone un 12,3% más en relación al año pasado. Respecto a su rendimiento se ha incrementado un 13,39%, alcanzando 3,13 toneladas por hectárea, mientras que la superficie ha caído un 1,20% con respecto a la campaña anterior.

El trigo blando representa el 26,9% del total de cereal producido en España. En esta campaña se estima una producción de 5,46 millones de toneladas, lo que supone un 18,41% más que la pasada. En este cereal se ha producido un incremento de la superficie del 6,76%, hasta llegar a 1,53 millones de hectáreas, y se esperan unos rendimientos medios de 3,57 toneladas por hectárea.

Un año más la producción de trigo duro con 935.000 toneladas, es superior al consumo en nuestro país que ronda las 500.000 toneladas, destinado a producción de pasta y sémola para consumo humano. Este superávit en la producción de trigo duro, nos coloca, si se organiza bien la oferta, en una posición inmejorable para exportar trigo duro a la cuenca mediterránea, tan necesitada de este cereal.

Hay que destacar además, el incremento del rendimiento del campo español, un 15,63%, debido al buen desarrollo del ciclo agronómico del cereal. El clima, algo irregular tanto al inicio, como al final de la campaña, ha provocado algunas variaciones de los rendimientos esperados, sin embargo, en la zona norte y centro puede tener un buen comportamiento con el trigo.

Desde Cooperativas Agro-alimentarias se recuerda además que el próximo 1 de julio entra en vigor el Real Decreto sobre nueva clasificación de los trigos, una buena oportunidad para que los productores puedan empezar a ordenar, tipificar y clasificar los trigos que les permitirá obtener un mejor rendimiento económico de la cosecha.

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