EFE.- La directora gerente del Instituto Madrileño para la Investigación y el Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA), Cristina Álvarez, ha presentado hoy la campaña de la cosecha, cuyo aceite se ha caracterizado por «un color amarillo intenso y brillante con ribetes verdosos, escasa acidez y fragante aroma».
Álvarez ha destacado que los aceites madrileños «cada día tienen más calidad y gozan de un mayor reconocimiento por parte de los consumidores».
Y por eso la Comunidad de Madrid, a través de IMIDRA, apoya al sector olivarero investigando de forma continuada en mejoras del suelo, recolección o extracción del aceite de oliva para poder después proporcionar a los olivicultores «herramientas que mejoren su producción, fundamentalmente en calidad, pero sin olvidar la cantidad».
Un sector que en Madrid cuenta con 25.000 hectáreas de olivar -3.100 de ellas ecológicas-, en las que trabajan 4.500 olivicultores y que dispone de 20 almazaras activas y 5 envasadoras de aceite.
Fundamentalmente las variedades de aceituna recolectadas en Madrid son cornicabra y manzanilla, aunque de forma minoritaria hay verdeja, carrasqueña, picual y gordal.
Este año la Comunidad y 12 almazaras han querido presentar por primera vez su cosecha con intención de que el evento se convierta en un encuentro anual que permita dar a conocer el producto al sector de la hostelería y la restauración y al público en general.
Con ayudas por valor de 798.266 euros entre 2007 y 2013 y distintas investigaciones del IMIDRA, la Comunidad de Madrid apoya al sector olivarero para promocionar el Aceite de Madrid.
De hecho, algunos estudios del IMIDRA han permitido saber que la región madrileña cuenta con 12.230 hectáreas más de las actualmente cultivadas aptas para plantar olivos, y que el suelo disponible para este tipo de cultivo en secano en la Comunidad se puede ampliar en un 43%.
Otras actuaciones del Gobierno regional están encaminadas a estudiar nuevas formas de recolección de aceituna con medios mecánicos, y a frenar, por medios naturales, la erosión que sufren los suelos de los olivares madrileños, comprobando cómo distintas cubiertas vegetales -bien silvestres o bien con cultivos- pueden frenar este proceso sin alterar las cosechas o las características del aceite.
IMIDRA también está trabajando para mejorar las características organolépticas del aceite extraído de la variedad cornicabra, que se caracteriza por un amargor muy pronunciado, sin someterlo a procedimientos físicos o químicos agresivos.
También estudia cómo mejorar el proceso de extracción del aceite para incrementar los parámetros de calidad con incidencia sobre la salud, como vitaminas, ácidos grasos o polifenoles.