La Comisión Europea ha planteado ajustes a su propuesta de presupuesto para el periodo entre 2028 y 2034, con un objetivo de gasto «rural» en el sector agrícola entre otros cambios, para tratar de sortear el rechazo del Parlamento Europeo al plan original, según un documento al que Efeagro tuvo acceso este lunes. La nueva propuesta sería obligar a todos los Estados a destinar al menos un 10% de sus planes nacionales al sector agrícola, pero mantener su idea de aglutinar en un gran fondo con la PAC, la Política Pesquera Común, los fondos regionales y las ayudas las destinadas a migración y gestión de fronteras.

Básicamente, la nueva propuesta consiste en mantener lo que se ha venido defendiendo desde que comenzara esta legislatura europea pero ‘adornada’ con un 10% obligatorio de gasto agrícola de los Estados, «involucrar» a las regiones a la hora  de tomar decisiones y dar más protagonismo al parlamento Europeo y el Consejo Europeo. Lo mismo que lo planteado hasta ahora, pero con otras palabras.

Este documento, que llegó a la Eurocámara este domingo, se ha debatido este lunes 10 en una reunión por videoconferencia entre la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; la del Parlamento Europeo, Roberta Metsola; y la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, cuyo país ostenta este semestre la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea y representa a los países.

«Hemos aclarado y reforzado nuestros objetivos en tres áreas clave: asegurar el papel de las regiones, reforzar la identidad de la Política Agrícola Común y aumentar la gobernanza. Ahora tenemos un entendimiento sólido de las propuestas y un camino claro hacia delante», dijo Von der Leyen en un mensaje en redes sociales.

MAQUILLAJE DE PALABRAS: PROPONEN CREAR UN «OBJETIVO RURAL QUE OBLIGUE A LOS ESTADOS A DESTINAR AL MENOS UN 10% DE LOS PLANES NACIONALES AL SECTOR AGRÍCOLA»

El rechazo del Parlamento se enfoca en la gran novedad de la propuesta planteada por la Comisión en julio, que consiste en aglutinar en un gran fondo -que se llevaría casi un tercio de los dos billones del presupuesto- las ayudas regionales y agrícolas, además de las de pesca y las destinadas a migración y gestión de fronteras.

Los grupos parlamentarios proeuropeos creen que la centralización de las decisiones a nivel nacional socavaría el valor añadido del presupuesto comunitario y subrayan que los montantes asignados para la Política Agraria Común y la de Cohesión «representan una sustancial reducción en términos reales» con respecto al presupuesto anterior.

En respuesta, la Comisión Europea sugiere crear un «objetivo rural» que obligue a los Estados miembros a dedicar «al menos un 10%» de los planes nacionales en el sector agrícola, una cantidad que se añadiría al monto ya previsto para la Política Agraria Común y la Política Pesquera Común.

En el documento, Bruselas defiende que los planes nacionales «se han propuesto con el fin de crear un marco de programación más coherente, sencillo y eficaz para los Estados miembros y las regiones».

«Para reforzar aún más su identidad, el presente documento expone propuestas en los textos jurídicos para establecer un objetivo rural, reforzar el carácter común de la política agrícola común, seguir reforzando el papel de las regiones y la previsibilidad de sus asignaciones e identificar claramente la asignación mínima para la política pesquera común», apunta la Comisión.

LA NUEVA PROPUESTA YA HA LOGRADO QUE NO SE PRESENTE UNA RESOLUCIÓN DE RECHAZO CONTRA LAS CUENTAS EUROPEAS EN LA EUROCÁMARA

También se propone involucrar a las autoridades regionales en ciertas conversaciones con Bruselas sobre el presupuesto y otorgar tanto a la Eurocámara como al Consejo un papel más relevante en la negociación de estas cuentas multianuales, para las que las conversaciones ya se han iniciado de manera informal.

Fuentes del equipo de Metsola señalaron que, aunque siempre habrá sectores del Parlamento Europeo a los que la propuesta se les quede corta, la institución «ha recibido más o menos lo que quería» y las primeras impresiones de los líderes políticos es positiva.

El documento ha logrado, de momento, que los grupos parlamentarios no presenten esta semana una resolución de rechazo a la propuesta de presupuesto, que -si bien simbólica- hubiera ahondado en la brecha institucional y complicado el inicio de las conversaciones.

Fuentes socialdemócratas, no obstante, avisan de que en su opinión el documento sólo supone un «cambio cosmético» y no aborda el fondo de la cuestión.

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