Juan Pedro Medina (Ingeniero Agrónomo), Ex−viceconsejero de PAC y Desarrollo Rural de Castilla y León

En noviembre fueron numerosas las manifestaciones y posiciones políticas en relación con el inicio de las negociaciones de la propuesta del Marco financiero plurianual de la Unión Europea (MFP) 2028-2034, presentada por la Comisión en el mes de julio. En mi opinión, es el hito más importante, en el que se negocia el DINERO de la PAC, e imprescindible para después poder hablar de las propuestas o medidas concretas de la nueva PAC a partir de 2028.

El Comisario de Agricultura, Christophe Hansen, ha manifestado que las propuestas presentadas por la Comisión eran el inicio de una carrera y que su desarrollo se extenderá durante los próximos dos años, con las aportaciones del Parlamento Europeo y del Consejo, señalando que no “es un esprint, es un maratón”.

Las declaraciones del Comisario se producían después de que los cuatro grupos políticos, que respaldan a la presidenta de la Comisión, amenazaran con bloquear las negociaciones sobre el próximo presupuesto de 2 billones de euros, a menos que se introdujeran cambios claves en la propuesta original.

En su carta, los líderes de los cuatro partidos expresan su preocupación por: la renacionalización de la PAC, la necesidad de mantener un presupuesto específico para la ella, la preservación de la igualdad de condiciones para nuestra agricultura y una reforma que corrija un déficit democrático inherente de la participación del Parlamento.

En el centro del conflicto se encuentra la propuesta de fusionar las subvenciones agrícolas y regionales en Programas nacionales por un total de 865.000 millones de euros, una propuesta que ha suscitado una feroz oposición por parte de los agricultores y los líderes regionales, preocupados porque la puesta en común de recursos conlleve un trato desigual a los beneficiarios, y que la “Renacionalización” conlleve la pérdida de la “C” de común de la PAC.

La Comisión Europea, con su presidenta a la cabeza, reaccionó con habilidad, el domingo día 9 de noviembre, y ofreció concesiones menores en una carta -enviada a la presidenta del Parlamento y a la primera ministra danesa-, previa a la reunión del lunes siguiente, con el objetivo de allanar el camino del pleno del Parlamento día 12. Las maniobras de última hora de la Comisión constituyen un raro ejemplo de cómo el Ejecutivo cede ante la presión de un Parlamento y en principio no deja en buen lugar al Consejo, salvo que también lo conociera.

Por un instante fugaz, los clanes enfrentados del Parlamento encontraron un objetivo común: rechazar el Marco Financiero Plurianual. Sin embargo, ha sido suficiente que la presidenta de la Comisión maquillara su propuesta, con pequeños ajustes legales, para evitar una rebelión de la frágil unidad de la coalición del parlamento. La Comisión ha ganado la primera etapa del maratón, podemos aplicar el refrán que dice el veranillo de San Martin dura tres día y fin. Con esta maniobra, la Comisión sigue la hoja de ruta y  el paso del tiempo sirve de entrenamiento para ganar el maratón.

El Comisario de Agricultura también ha multiplicado sus apariciones defendiendo las propuestas de la nueva PAC, ha llegado a decir que la “C” de común se hace más grande y que no es verdad que cada país pueda hacer lo que quiera, rechazaba que hubiera recortes presupuestarios, señalando que habrá más fondos para los jóvenes y para los pagos asociados. Manifestaciones que efectúa por razón de su cargo, pero que probablemente él no se crea.

En mi opinión la “C” de común viene diluyéndose desde hace años, un paso significativo fue la actual PAC y los Planes Estratégicos, los diferentes modelos voluntarios de pagos asociados en los estados miembros,  sin olvidar las importantes diferencias en las ayudas de estado, donde observamos como, en el periodo 2021-2023, los Países Bajos han sido, con diferencia, quien más apoyo ha brindado a su sector agrícola, tanto en términos absolutos, como en relación con los pagos directos o el valor de la producción agrícola nacional.

En un sueño uno podía esperar que, coincidiendo con la festividad de “San Martín de Tours”, santo conocido por su bondad y generosidad, la presidenta Von der Leyen hubiera corregido sus propuestas con algún gesto hacia el sector agrario, también ejemplo de solidaridad y generosidad hacia los demás con su trabajo y quehacer diario. En sus propias palabras indicó como: “los agricultores europeos proporcionan alimentos de primera calidad y dan vida a nuestro campo… la PAC sigue siendo el eje central del presupuesto de Europa”.

Pero no, la presidenta defendió durante el pleno parlamento del día 12 sus propuestas, desoyendo las múltiples críticas. No solo insistió en sus bondades, sino que fue más lejos con advertencias sobre el riesgo y las consecuencias negativas que provocaría un retraso en su aprobación. Pero sus palabras y justificaciones no convencen a los agricultores europeos.

La próxima etapa del maratón será la próxima semana, el 18 de diciembre, día en el que se reunirá el Consejo Europeo, allí los Jefes de Estado debatirán sobre las propuestas del MFP, y lo primero será conocer si están de acuerdo o no con el importe global de 2 billones de euros; en segundo lugar deberán opinar sobre las prioridades de gasto, y en tercer lugar sobre el modelo de gobernanza.  En el caso de que el Consejo aprobara por unanimidad las propuestas de la Comisión en cuanto al MFP, ya podremos iniciar el debate sobre las diferentes propuestas de la PAC; hasta entonces, el debate será estéril.

Los agricultores europeos han anunciado, para ese día, una gran manifestación en Bruselas donde harán oír sus propuestas. Hace ya dos años, diciembre de 2023 y primavera de 2024, los agricultores se manifestaban por todas las capitales europeas rechazando la actual PAC. En parte sus propuestas fueron escuchadas, quizá porque el momento era distinto, las elecciones europeas estaban a punto de celebrarse. Pero ahora comprobamos que las promesas sobre el futuro de la PAC, anunciadas en aquellas fechas, han quedado en papel mojado.

Confiemos que el castillo de naipes no se derrumbe y las protestas de los agricultores den su fruto y sean escuchadas, de forma que el Consejo Europeo haga rectificar a la Comisión. Pero mucho me temo que suceda algo similar a lo vivido en el pleno del Parlamento Europeo de la semana en la que se celebraba San Martín.  La Comisión no partirá su capa para proteger a un sector estratégico que Europa necesita como garantía de acceso a los alimentos que comer. Algo esencial, porque todos sabemos que disponer de alimentos evita guerras.

(Publicado antes en la web de Asaja CyL)

×