El frío y la humedad que tuvieron lugar los días 30 y 31 de marzo y que aún persisten, están ocasionando un problema sanitario en las producciones de cerezas de todo el norte de Extremadura, cuando se juntan ambos efectos climáticos los cerezos son atacados por la monilia, una enfermedad que es de muy difícil control si las condiciones climáticas no cambian, ya que los tratamientos preventivos y curativos no son efectivos con estas adversidades climáticas, lo que puede provocar la pérdida de 4 millones de kilos de cerezas.
A partir de los días 6 y 7 de abril se empezaron a notar los efectos de esta enfermedad que ha provocado daños a más del 10% de la superficie de cerezos del Valle del Jerte y de la vera, alrededor de las 800 has y se van a producir a priori una pérdida de más de 4 millones de kilos de cerezas.
El problema se agrava por tres motivos:
- El primero es que no solamente se pierde la cosecha de una campaña, el árbol queda debilitado y las secuelas de la enfermedad se notan en campañas siguientes.
- Que debido a la falta de coberturas del seguro agrario, estas plantaciones en su mayoría no están aseguradas.
- Al ser considerada una enfermedad por Agroseguro, los daños que se producen no son indemnizables.
La Unión Extremadura y la Asociación del Valle Del Jerte y Comarcas vecinas ha remitido un escrito a la Consejería de Agricultura para que los técnicos de la misma se personen para hacer una valoración de los daños producidos, asesorar de los posibles tratamientos para intentar paliar los problemas futuros y para estudiar el incorporar esta circunstancia en el seguro de la cereza de Cáceres que se tendrá que negociar para que pueda volver a ser atractivo para los productores.