EFE.- Los trabajos se han licitado por un presupuesto de 284.869 euros y se destinarán a las campañas de muestreo durante las épocas más propicias para estos seguimientos, la primavera y el verano, según ha informado la CHE.
Este año la campaña se iniciará el 1 de julio y en una primera fase, hasta hacer efectiva la adjudicación de estos trabajos, se centrará en 36 embalses navegables donde se realizarán 164 análisis durante el próximo mes.
Después se podrá realizar el seguimiento del resto de masas habituales, hasta alcanzar los 55 embalses en la cuenca del Ebro, seleccionados por la afección real o por riesgo de invasión establecido por campañas anteriores.
Los 36 embalses donde se iniciará la campaña se dividen en afectados ya por larvas en anteriores análisis (Búbal, Lanuza, Talarn, Tremp o San Antonio, San Lorenzo de Mongay, Rialb, La Tranquera y Cillaperlata).
En riesgo (embalse del Ebro, La Peña, Ardisa, Barasona, Canelles, Escales, Santa Ana, Terradets, Camarasa, Oliana, El Grado, Mediano, Leiva, Yesa y Santolea) y sin riesgo inminente (Alloz, Linsoles, Arguis, El Val, Ciurana, Guiamets, Itoiz, Maidevera, Mansilla, González Lacasa, Pajares, Pena, San Bartolomé e Ibón de Panticosa).
Actualmente, los embalses con presencia de adultos de mejillón cebra son La Sotonera, Mequinenza, Ribarroja, Flix, Sobrón, Calanda, Caspe II o Civán y Urrúnaga.
También siguen clasificados como Tipo C, porque en alguna campaña anterior se ha detectado presencia de larvas, Talarn, Rialb, San Lorenzo de Mongay, Lanuza, Búbal, Ullíbarri, La Tranquera y La Estanca.
El organismo de cuenca recuerda que participa de forma activa en actividades de control, normativas, divulgativas y de investigación y que la mayoría de ellas se realizan en coordinación con las comunidades autónomas, administraciones que tienen la competencia ambiental y por tanto, el control de las especies invasoras.
Estos proyectos están destinados a ofrecer herramientas para los afectados y para realizar la vigilancia sobre las masas de agua.
Entre las principales actuaciones de control se encuentran el servicio de asesoramiento gratuito a usuarios afectados por la presencia de esta plaga, las campañas de control larvario o el control mensual por parte de la guardería fluvial para prospectar los embalses y ríos susceptibles de ser invadidos.
También las 27 estaciones de desinfección de embalses gestionadas por administraciones o entidades privadas para cumplir con los protocolos de desinfección de embarcaciones que se recoge en las normas de navegación de la cuenca del Ebro, las pruebas de las biobalas y distintas actuaciones divulgativas.
Uno de los principales objetivos de las actividades es la concienciación de los usuarios lúdicos de los embalses, donde se insiste en la necesidad de responder a los protocolos de desinfección para reducir las posibilidades de contagio entre masas de agua.