La Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) ha abierto expedientes sancionadores a los titulares de las acequias en las que a finales de julio se detectó contaminación por herbicidas autorizados que han afectado al río Segura, si bien el episodio no ha tenido repercusión en el suministro de agua potable.

El organismo de cuenca y la Mancomunidad de Canales del Taibilla (MCT) han confirmado este jueves la polución detectada la última semana de julio en el agua captada en algunas de las potabilizadoras del que suministra potable para consumo humano a más de dos millones de personas de 80 municipios de Murcia, del sur de Alicante y de Albacete.

Se registraron «concentraciones significativas» de bentazona, un herbicida incluido en el listado de plaguicidas autorizados por la Dirección General de Producción Agrícola, Ganadera y Pesquera de la Región de Murcia.

Según ha explicado en un comunicado el presidente de la MCT, Juan Cascales, el episodio  con estos herbicidas autorizados fue comunicado a las autoridades sanitarias y a la CHS, con la que se ha trabajado de manera coordinada en todo momento para garantizar la calidad del agua suministrada a los hogares.

La MCT ha incrementado desde la detección de la contaminación las analíticas para llevar a cabo «un control diario de todos los puntos de captación y almacenamiento de agua bruta y de la producida en las estaciones de tratamiento de potable, así como analíticas de contraste en los depósitos más representativos”.

Para disminuir la concentración de bentazona en el agua antes de su entrada en las potabilizadoras se le ha añadido carbón activo en polvo y otros restos del herbicida se eliminaron a su paso por el proceso en estas plantas.

Asimismo, se ha aplicado una «dilución adicional» en ellas con agua desalinizada.

Estas medidas, ha corroborado Cascales, han permitido que “no se haya producido ningún incumplimiento de las condiciones sanitarias que debe cumplir el agua potable para su uso por la población conforme a la normativa vigente”.

Creen que este incidente ha sido «un episodio puntual de contaminación» adecuadamente gestionado por el organismo de cuenca y la MCT, que han evitado así cortes de suministro y lo han encauzado ya en vías de resolverse.

Cascales ha hecho un llamamiento a que esta experiencia sirva para asumir que hay “una cuenca hidrográfica que está sometida a fuertes presiones como resultado de la actividad humana (retornos de riego, vertidos controlados e incontrolados, …)” que llevan a empeorar la calidad del agua a medida que se avanza por el cauce del río.

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