El principal debate dentro de las negociaciones de la Política Agraria Común (PAC) está girando en torno a su «arquitectura verde«, según la Comisión Europea (CE), que ve importantes cambios en relación con la condicionalidad de las ayudas y los ecoesquemas.
Tras elaborar sus propuestas legislativas, la Comisión, el Consejo y el Parlamento europeos comenzaron a finales del año pasado unas reuniones o trílogos para la reforma de la PAC, que se espera que culmine durante el primer semestre de 2021 y se aplique a partir de 2023 mediante un plan estratégico que debe diseñar cada país.
«Sobre la arquitectura verde de estos planes estratégicos ha habido muchos avances con respecto a lo que llamamos la condicionalidad, que es lo que deben hacer los agricultores para recibir las ayudas directas», asegura en una entrevista a Efeagro el portavoz de la representación de la CE en España, Ioannis Virvilis.
A su juicio, el reglamento sobre los planes estratégicos, en especial su arquitectura verde, es uno de los asuntos que más se está debatiendo, al igual que hay «mucha discusión» sobre los ecoesquemas (ayudas vinculadas a prácticas sostenibles), una cuestión que se abordará más «hacia el final de la primavera».
MÁS EXIGENCIAS AMBIENTALES
Con el refuerzo de las exigencias ambientales, el portavoz comunitario argumenta que habrá un «mejor enlace» entre la PAC y el Pacto Verde de la Unión Europea (UE).
Detalla que con se fijarán normas específicas para verificar los pagos directos y los ecoesquemas, y que se apoyarán los compromisos voluntarios en favor de un agricultura más verde con fondos del primer y segundo pilar de la política agraria.
Según Virvilis, será importante determinar el nivel de ambición financiera de esos objetivos, es decir, qué porcentaje de los fondos de la PAC se utilizarán finalmente para que el sector agroalimentario contribuya al medioambiente.
Igualmente, están por decidir tanto el mecanismo que se pondrá en marcha para que los países miembros informen a la Comisión Europea sobre el uso que hacen de las ayudas como los indicadores que serán necesarios para supervisar los resultados de la PAC y del Pacto Verde.
Virvilis afirma que el calendario previsto «va a permitir a los países de la UE tener el tiempo necesario para preparar sus planes estratégicos, una de las novedades de la nueva PAC para el próximo periodo» (2023-2027).
“ES MUY IMPORTANTE QUE LOS AGRICULTORES ESPAÑOLES SE COMPROMETAN CON LAS PRÁCTICAS AGRÍCOLAS VOLUNTARIAS Y, POR SUPUESTO, VAN A RECIBIR DINERO PARA ESO»
La Comisión publicó en enero pasado una listacon medidas para la condicionalidad y de posibles ecoesquemas y poco después el Gobierno español presentó a las comunidades autónomas una propuesta de nueve puntos, que incluye ayudas para impulsar la sostenibilidad de los pastos y del uso de fitosanitarios, la fertilidad del suelo o la biodiversidad.
«Para nosotros es muy importante que los agricultores españoles se comprometan con las prácticas agrícolas voluntarias y, por supuesto, van a recibir dinero para eso», asevera Virvilis, quien cita los ejemplos de la agricultura ecológica, la agroforestería y la agricultura de alto valor natural.
Aunque los planes nacionales no están aún finalizados, la CE está en contacto «continuo» con las autoridades de los países para ayudarles en su elaboración y ha realizado recomendaciones en cada caso.
En el de España, el portavoz subraya que han indicado varias áreas que deben abordarse, como el aumento de la superficie para agricultura ecológica, acciones para reducir las pérdidas de nutrientes y la modernización de infraestructuras hídricas y sistemas de riego.
También hay referencias a la necesidad de avanzar en la convergencia interna y la distribución de las ayudas directas hacia grupos homogéneos de territorios; impulsar la integración de los productores primarios y la explotación empresarial de sus explotaciones; y disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero y los riesgos de los plaguicidas.
Al margen de la condicionalidad y de cara a combatir la despoblación, la Comisión insiste en expandir la banda ancha en las zonas rurales como parte de la transformación digital, una de las grandes prioridades de la UE en la actualidad.
(Texto: Belén Delgado / Efeagro)