La propuesta disminuirá a cinco las 70 leyes actuales sobre la cadena alimentaria, de forma que también se reducirán los procedimientos que afrontan agricultores y productores, procesadores y distribuidores que conforman la industria agroalimentaria europea, el segundo mayor sector económico en la UE (da empleo a 48 millones de personas y está valorado en 750.000 millones de euros anuales).
La nueva legislación fortalecerá los instrumentos de los Estados miembros para llevar a cabo controles e inspecciones en su territorio y comprobar que se cumple la normativa comunitaria.
Borg apuntó incluso a que la Comisión pudiera exigir que pruebas como las de ADN realizadas para detectar el alcance del fraude de la carne de caballo fueran obligatorias.
Para financiar la aplicación efectiva de estos controles, la CE insta a ampliar el actual sistema de tasas a otros sectores de la cadena alimentaria que actualmente no son de pago.
Las microempresas no pagarán tasas
Las microempresas quedarán exentas de esas tasas pero no de los controles, y se pedirá a los Estados miembros que integren plenamente inspecciones antifraude en sus planes nacionales de control y que establezcan sanciones económicas "verdaderamente disuasorias" para casos de incumplimiento.
En lo referente a sanidad animal, la Comisión propone mejorar las normas y diseñar un sistema común para detectar y controlar mejor las enfermedades y abordar de forma rápida y coordinada los riesgos de seguridad para la salud, los alimentos y los piensos.
La Comisión también recuerda que el valor de los cultivos de la UE es de 205.000 millones de euros al año, y considera que, para evitar que las nuevas plagas se asienten en la UE y para proteger a los cultivadores y al sector forestal es necesario reforzar el régimen fitosanitario existente.
Así, pide prestar más atención al comercio de alto riesgo procedente de terceros países y a la trazabilidad de los materiales de plantación en el mercado interior, además de mejorar la vigilancia y erradicar pronto los brotes de nuevas plagas.
Por lo que respecta a los materiales de reproducción vegetal, la CE sugiere unas reglas más sencillas y flexibles para la comercialización de semillas y demás materiales de reproducción vegetal, a fin de mantener la productividad, la adaptabilidad y la diversidad de los cultivos y los bosques de Europa y facilitar su comercio.
Cualquier no profesional podrá intercambiar semillas con otros particulares sin que se le aplique el reglamento propuesto, a la vez que las microempresas podrán comercializar cualquier tipo de materiales sin registro. El 60 % del volumen mundial de exportación de semillas procede de la UE, recordó la Comisión.
A continuación, el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE deberán estudiar y pronunciarse sobre la propuesta, de forma que la CE calcula que podría entrar en vigor en 2016.