Los controles, que costarán unos tres millones de euros en toda la UE, se realizarán durante el mes de marzo, con el objetivo de disponer de resultados el 15 de abril.
El objetivo de la prueba sobre la carne de caballo es descartar que no existe un riesgo sanitario – de momento no hay indicios de ello- y recuperar la confianza de los consumidores.
Se trata de dos series de pruebas: la primera contendrá 2.500 muestras sobre la carne de vacuno en alimentos procesados y la segunda 4.000 para ver si hay fenilbutazona en la carne de equino. En esta segunda serie habrá 2.500 muestras de carne de caballo producido en la UE y 1.500 de carne de equino importado.
En la UE se consumen anualmente 110.000 toneladas de carne de caballo, de las que el 30% procede de importaciones. Los mayores importadores son Canadá, México y Argentina.
Para alentar a los Estados miembros a que lleven a cabo las pruebas, la Comisión Europea confinanciará hasta el 50% de los costes de los test, es decir 200 euros por cada muestra que se haga. En el caso de que las conclusiones lo recomendaran, los test se prolongarían durante dos o tres meses más, añadió. En España, se llevarán a cabo unas 200 pruebas en cada caso, indicaron fuentes comunitarias.
El ministro británico de Medio Ambiente, Owen Paterson, defendió la idea de ampliar a toda la UE los controles obligatorios de ADN sobre la carne contenida en productos procesados y de incluir un etiquetado en esos alimentos, para informar del origen de la misma, al tiempo que aseguró que Londres está "totalmente decidido a llegar al fondo" del problema.
El titular irlandés de Agricultura, Simon Coveney, que representó a la Presidencia irlandesa de turno, insistió en la necesidad de "una respuesta colectiva" de los Veintisiete para abordar "un problema europeo".
El ministro irlandés calificó de "fraude" y de "totalmente inaceptable" lo ocurrido, y destacó la necesidad de encontrar a los responsables y de implementar medidas para evitar que vuelva a haber casos similares en la UE. En este sentido, planteó la importancia de que alguna institución europea ejerza el papel de "coordinador central", una tarea para la que Europol podría ser el ente apropiado, dijo.
Tanto Coveney como el comisario maltés descartaron ofrecer datos sobre las investigaciones que están llevando a cabo los países, hasta que existan datos concluyentes.
Bruselas está además a la espera de los resultados de un informe para decidir si hay necesidad de presentar nuevas normas de etiquetado sobre los productos procesados a base de carne.
Francia pidió a la UE que extienda a todos los alimentos procesados que contengan carne la obligación de incorporar un etiquetado con el origen del producto, según los titulares de Agricultura y de Consumo, Stéphane Le Foll y Benoît Hamon. La propuesta de la Comisión se adoptará el viernes, en un Comité Permanente de la Cadena Alimentaria, formado por representantes de toda la UE.
El escándalo de la carne de caballo se abordará asimismo con el resto de países de la Unión en el Consejo de ministros que tendrá lugar el próximo 25 de febrero, donde se examinarán medidas más a medio y largo plazo.