Como soluciones, el estudio propone llevar a cabo un análisis pormenorizado del sector; potenciar la formación, la investigación y la transferencia de conocimientos; promover políticas de desarrollo de la ganadería extensiva; destinar más fondos de desarrollo rural; crear una Comisión Permanente de Expertos, y, sobre todo, diseñar un plan para garantizar el relevo generacional, mediante un plan de prácticas en explotaciones ganaderas, proyectos de utilización de recursos naturales, etc., ya que la tasa de paro juvenil ronda en estas zonas rurales cerca del 50% en la actualidad, según ha informado Jorge Díaz, coordinador del proyecto.
En el estudio han colaborado diferentes departamentos de la organización, junto a la Federación Andaluza de Agrupaciones de Defensa Sanitaria Ganadera (FADSG). A través de esta investigación se ha llevado a cabo un análisis en profundidad de los entornos rurales tradicionalmente ligados a la actividad de la ganadería extensiva, así como de la evolución de sus censos, tanto ganaderos como de población.
En la presentación han participado el consejero delegado de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía y presidente de la FADSG, Agustín González, y el responsable del Departamento de Ganadería, Jorge Díaz, quienes han explicado que el objetivo del estudio ha sido poner de relieve los problemas que afectan y merman el desarrollo de la ganadería extensiva.
Jorge Díaz ha explicado que, para ello, se ha analizado la evolución de los censos ganaderos tanto en España como en Francia, Italia, Portugal y Grecia, desde el año 2008 hasta 2013, observándose acusados descensos, principalmente en porcino ibérico, con una pérdida del 57,44% de la cabaña, y en ovino, del 22,81%.
El estudio se detiene, igualmente, en las diferencias poblaciones de los principales territorios ganaderos en regiones como Andalucía, Extremadura y Cantabria, comprobándose descensos en todos ellos a excepción de términos municipales por encima de los 10.000 habitantes, caso de Pozoblanco en Córdoba, siendo más acusados en municipios entre 1.000 y 5.000, una pérdida poblacional que es realmente significativa si nos remontamos a datos de veinte años atrás.