La campaña de protestas en el campo se extiende por toda España. A las de Galicia y Extremadura, se suma ahora AndaLucía. Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos –COAG de Andalucía ha celebrado este jueves 23 una reunión del pleno, máximo órgano de la organización agraria, en el que los representantes de las ocho direcciones provinciales han decidido unánimemente iniciar un proceso de movilizaciones ante la grave crisis que atraviesa el sector agrario.

En unidad de acción con las demás organizaciones del sector, COAG Andalucía confirma que apoya el calendario de movilizaciones ya convocado para la próxima semana en distintos puntos de España, así como participará en los actos reivindicativos organizados en nuestra región, concretamente el próximo 29 de enero en Almería, donde habrá una concentración de vehículos y personas en el Puerto de la capital almeriense, así como el 30 de enero en Jaén, donde tendrán lugar concentraciones en las principales vías de comunicación.

“no vamos a parar este proceso de movilizaciones que iniciamos hasta que el Gobierno no dé soluciones»

El pleno de COAG Andalucía considera que esta crisis del sector agrario sin precedentes es un problema de Estado que debe afrontar el Gobierno en su conjunto, al que le reclama soluciones de manera urgente ante la gravedad de la situación.

En este sentido, el secretario general de COAG Andalucía, Miguel López, afirma que “no vamos a parar este proceso de movilizaciones que iniciamos hasta que el Gobierno no dé soluciones. Vamos para adelante con todas las consecuencias y en unidad de acción, porque los agricultores estamos al límite, no podemos más, y no pararemos hasta que haya resultados y, por tanto,  futuro para el sector y para todo el medio rural.

La falta de precios justos, la grave crisis de rentabilidad de las explotaciones, el reto climático y la imposición de barreras comerciales justifican las protestas. Y es que la práctica totalidad de los agricultores y ganaderos están inmersos en una grave crisis de rentabilidad. El desequilibrio de la cadena agroalimentaria está llevando al límite a miles de familias que se dedican a la producción de alimentos en toda España.

A ello se añaden los anuncios de recortes presupuestarios provenientes de la Unión Europea, la cada vez mayor desorganización de los mercados machacados por los acuerdos preferenciales, las mayores limitaciones impuestas por las políticas agrarias a nuestras producciones, que no afectan para nada a las importaciones, y la cada vez mayor especulación por parte de la distribución, a lo que hay que sumar la pérdida de mercado, como es el caso del veto ruso, el Brexit o la imposición de barreras comerciales por parte de EEUU que ponen trabas a nuestras exportaciones, así como la competencia originada por los fondos de inversión que se están apropiando de bienes públicos y, por tanto, de parte de nuestro tejido productivo.

Asimismo, a este panorama repleto de hostilidades se suman los resultados del año 2019, uno de los más negativos que se recuerdan para el sector, con una pérdida de renta agraria cercana al 9%, y con constantes noticias en muy diversos ámbitos que configuran una coyuntura dramática para los agricultores y ganaderos.

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