EFE.- El responsable de este cultivo en la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL), Guillermo Ruiz, ha explicado hoy a EFE que los precios de momento son razonables, de unos sesenta céntimos de euro para el agricultor.
La recolección, que normalmente comienza a mediados de julio, se puede retrasar entre veinte y treinta días, hasta entrado agosto, ya que dependerá de lo caluroso que sea el verano.
El desarrollo del cultivo "no va mal", ha comentado Ruiz, pero tanto su evolución como los precios pueden cambiar en las próximas semanas en un producto que suele presentar dientes de sierra en cuanto a los precios.
Al respecto, ha recordado que cuando se pagaba solo tres céntimos de euro a los agricultores, al consumidor le costaba entre setenta y ochenta, mientras que ahora que el productor puede cobrar esos sesenta céntimos, en los puntos de venta cuesta alrededor de un euro el kilo.
Guillermo Ruiz ha advertido de que este sistema de precios no interesa ni a los agricultores ni a los consumidores, pero la Administración no se implica en controlarlos, "ni cuando se hunden para el productor ni cuando suben para el consumidor".
Las hectáreas sembradas de patata en Castilla y León son este año 20.314, una cifra similar a las 19.851 de la campaña pasada, en la que la producción fue de unas 843.000 toneladas, según datos del Ministerio de Agricultura.