De hecho, toda la oposición a la iniciativa provino de toda la bancada demócrata y 12 republicanos en la Cámara Baja.
El pasado 20 de junio, los demócratas bloquearon una ley agrícola, con un plazo de cinco años, porque contenía recortes drásticos al programa de cupones de alimentos, mientras algunos conservadores se quejaron del alto coste de la iniciativa.
La votación augura tensas negociaciones en el proceso bicameral de los próximos dos meses para armonizar la medida con la versión que aprobó el Senado el pasado 10 de junio y que sí incluye ayuda alimentaria para los pobres.
Los fondos para el llamado Programa de Asistencia Alimentaria Suplementaria (SNAP, en inglés) normalmente forman alrededor del 80 % de los gastos incluidos en la ley agrícola.
Ante la rebelión de los demócratas, los republicanos prometieron que someterán a voto a finales de mes una medida aparte para la financiación del programa de SNAP, pero eso no apaciguó las protestas.
La Casa Blanca había advertido el miércoles de que el presidente Barack Obama vetará cualquier proyecto de ley que no responda de forma responsable a las reformas que requiere el sector agrícola, incluyendo mayores inversiones en el desarrollo de fuentes de energía renovables.
Tanto demócratas del Senado como grupos afines al sector agrícola condenaron el voto republicano. El senador demócrata por Delaware, Tom Carper, dijo que la ley aprobada hoy en la Cámara Baja es "inaceptable", entre otras cosas porque elimina ayudas para "evitar el hambre" en las poblaciones más necesitadas del país.
"En el Senado, aprobamos un proyecto de ley agrícola ampliamente bipartidista… pero la Cámara Baja parece decidida a ignorar este esfuerzo bipartidista y, en cambio, impulsa una medida ideológica y reducida que no protege a los más necesitados y amenaza la aprobación de reformas que ayuden a reducir nuestro déficit", se quejó Carper.
Por su parte, la llamada Coalición Rural distribuyó en internet una petición dirigida a la Cámara Baja en la que expresó su "indignación" por el voto y exigió que el texto que salga del proceso bicameral sea "justo e integral" y garantice no solo la seguridad alimentaria del país, sino también urgentes reformas.
Varios grupos conservadores se sumaron a las críticas, al señalar que la iniciativa aprobada aún contiene "dádivas" para grupos de intereses especiales y no establece una ruta clara para reducir la intervención del Estado en el sector agrícola.
Según los observadores, las pugnas de hoy han puesto de manifiesto el abismo que separa a demócratas y republicanos y que, a corto plazo, dificultará las negociaciones para otras prioridades legislativas, principalmente la reforma migratoria.
El Congreso tiene premura en este asunto ya que la ley agrícola actual vence el próximo 30 de septiembre, y afronta presiones de los agricultores para impedir una subida de precios en productos básicos como la leche.