Tras años de caídas sistemáticas del consumo de carne de cordero en España, cerca de un 50% desde el comienzo de la crisis,  la interprofesional del ovino y caprino INTEROVIC, acordó la adopción de medidas urgentes para frenar esta complicada situación. Así, una de nuestras primeras actuaciones fue ir a la raíz del problema, conocer el porqué de los descensos continuados en las ventas al margen del precio, y para ello encargamos un estudio de mercado a una prestigiosa consultora que nos ofreció información muy interesante.

      Las acciones que INTEROVIC se encuentra poniendo en marcha, con fondos propios de la Interprofesional a través de la Extensión de Norma, así como la potente  campaña de promoción  que esperamos comience el año próximo si se incluye al cordero en los programas europeos de promoción, están basadas en la información que arrojó este crucial informe.

    Tan importante como reposicionar la carne de cordero y lechal, ajustándola a las necesidades y gustos del nuevo consumidor, es ligar nuestras producciones a certificaciones de calidad, pues esta vinculación, según aseguraron los consumidores en el citado estudio de mercado, es el máximo garante de seguridad alimentaria, así como la garantía que permite reconocer el origen.

    La tan deseada mejora en el mercado nacional -y la actual buena marcha de las exportaciones de nuestra carne-, pasa indefectiblemente por contar con certificaciones de calidad. Y es que los importadores de carne y, en general  el  consumidor, exige cada vez más confianza y seguridad alimentaria.

    Desde la Interprofesional promovimos el cordero certificado  con etiquetado facultativo y se han dado entrada a las  IGP de cordero y lechal que precisamente han crecido en estos años de descenso del consumo, lo que demuestra la tesis de la necesidad de identificar garantía de calidad y origen.

    Se acerca la entrada en vigor del pago asociado a las producciones ganaderas para el periodo PAC 2015-2020 y pensamos que las certificaciones son y serán la  punta de lanza para la identificación del origen que será obligatoria en 2015.

    Para lanzar  esta línea de trabajo, ha sido importante la ayuda  a la calidad que se les ha dado a los ganaderos en los últimos años, con muy poco presupuesto, por lo que consideramos que sería muy positivo que un pequeño porcentaje de la  nueva ayuda asociada fuese dirigida a potenciar esta línea de apoyo a unos ganaderos que se esmeran y apuestan para beneficiar la imagen del cordero y así beneficiar a todo el sector.

    Los ganaderos organizados, y en estrecha colaboración con el sector comercial, tienen ya un camino avanzado, pero la crisis no está permitiendo obtener márgenes por estos ganaderos, que repetimos benefician y beneficiarán más a todo  el sector. Por ello, la ayuda para cubrir los costes que otros  ganaderos no tienen, nos parece de los más importantes y justifica  la dedicación de   una ayuda diferenciada  en estos próximos años cruciales para el ovino de carne.

    El amenazado sector del ovino y caprino tiene ante sí ahora una gran oportunidad, la mayor en los últimos años. Una oportunidad para devolver el protagonismo que nunca debió perder en los hogares y en la restauración españoles, también para exportar con valor añadido. Una oportunidad para promocionar nuestro cordero, desde el pascual y recental, al lechal. Y esto lo lograremos con la unidad lograda en la interprofesional y  con el apoyo diferenciador  e inteligente de las administraciones públicas. Ahora, o nunca.

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