El 13 de diciembre de 1986 se creó la Asociación Femenina del Medio Rural en Cataluña, que tiene más de 600 socias. Treinta años después la asociación ha mostrado su satisfacción por haber cumplido el objetivo de haber conseguido derechos y la igualdad que anteriormente no tenía este colectivo y dar visibilidad a las mujeres agrarias y rurales catalanas.
La presidenta durante los primeros 25 años y actual presidenta de ASAJA Barcelona, Rosa Pruna, ha recordado que “esta es la única asociación de mujeres rurales de Cataluña, el resto son sectoriales dentro de otras organizaciones agrarias”.
Para afirmar que “si en el 1986 no hubiera ido a la Comisión femenina del COPA-COGECA en Bruselas pienso que no se habría creado esta asociación”. En este sentido, ha señalado que “allí colaboré para que la Directiva sobre autónomos siguiera adelante amparando la figura de la agricultora”.
Pruna ha explicado que “en el año 2002, ya como presidenta de las agricultoras europeas, presenté enmiendas al reglamento FEOGA para qué se modificase la jubilación anticipada, a la que no teníamos derecho las mujeres del campo, y poder así acceder a los fondos europeos”.
Asimismo, ha dicho que “en todos estos años hemos conseguido muchas cosas, como, por ejemplo, en seguridad y salud en el trabajo, hemos realizado cursos de formación, jornadas técnicas, y creímos firmemente en el agroturismo, que como se ha podido ver es una apuesta de presente y de futuro”.
Rosa Pruna ha indicado que “ahora que hemos cumplido los objetivos fijados en derechos e igualdades, el sector agrario no tiene rentas, y es difícil que los jóvenes y las jóvenes se puedan ganar la vida. Yo siempre he sido una europeísta convencida, pero ahora pienso que la Comisión Europea ha perdido el norte y no sabe hacia dónde va”.
Por su parte, Paquita Casanovas, miembro de la junta de la asociación, ha comentado que “la tarea que hemos realizado todos estos años ha sido reconocida en el mundo rural, y ello nos hace mucha ilusión”. Casanovas, que es ganadera de vacuno de leche, cree que “la gente joven en el sector agrario está desmotivada, porque cuesta tirar adelante, pero a la vez está muy informada y no necesita tanto una asociación como la nuestra, como si hizo falta a nuestra generación”.