La Asociación de Industrias Vitivinícolas Europeas (AIVE) defiende desde su constitución el uso del alcohol vínico frente a los alcoholes industriales e incide en que el alcohol de procedencia vínica es de mayor calidad que el de origen industrial, además de extraerse con un mínimo coste energético y contar con menos residuos contaminantes que el industrial, con un impacto más perjudicial para el consumo humano y el medio ambiente.
En esa línea, esta asociación de defensa del sector vitivinícola ha propuesto a los distintos estamentos nacionales y europeos que se estudie «con urgencia» la necesidad de una destilacion de crisis para obtener alcohol de calidad vínico y dejar de utilizar alcoholes industriales para la fabricación de vinagres, bebidas espirituosas y/o para uso farmacológico.
AIVE ha solicitado al Parlamento Europeo que ordene una directriz a los países miembros productores de vino para que adopten las medidas necesarias para realizar la destilación de la cantidad que resulte necesaria de millones de litros de vino, con apoyo financiero de las administraciones públicas, como en Francia.
A nivel nacional, lo han solicitado al Ministerio de Sanidad y al de Agricultura y la Consejería de Agricultura de Castilla-La Mancha, planteándoles el gran problema del sector, por el descenso de los embotellados, en particular de los vinos tintos.
El presidente de AIVE, Lorenzo Delgado, se muestra en contra de la propuesta europea de que el alcohol vínicoi resultante de la destilación de crisis se utilice exclusivamente con fines industriales, incluidos los de desinfección, o con fines energéticos, a fin de evitar el falseamiento de la competencia.
Por el contrario, rechaza la respuesta ministerial de que el alcohol obtenido no podría tener uso alimenticio, afirmando que «no se puede consentir que para uso alimentario se utilicen alcoholes de origen industrial y el alcohol de máxima calidad obtenido a partir de la destilación del vino no se pueda destinar al consumo alimentario».
Lorenzo defiende el vino como un producto reconocido por la Dieta Mediterránea y con menos cantidad de azúcares que otros, como zumos o bebidas refrescantes, y pide que el consumidor sea informado al respecto.
NUEVO ETIQUETADO EUROPEO DEL VINO
Por otra parte, la Asociación de Industrias Vitivinícolas Europeas ha propuesto a los distintos estamentos nacionales y europeos que estudien «con urgencia» la necesidad de que el Reglamento europeo que modifica las normas de etiquetado de los vinos y vinos aromatizados se aplique también al etiquetado de bebidas refrescantes, energéticas o zumos.
Dicho Reglamento obligará a comunicar la lista de ingredientes y la declaración nutricional de todos los vinos producidos y etiquetados a partir de diciembre de 2023.
Desde AIVE defienden la ampliación del etiquetado informativo en el sector del vino detallando su composición nutricional, otros componentes, aditivos y, en general, todos los ingredientes para un mejor conocimiento del consumidor y garantía de que el vino es una bebida más saludable y más natural que, por ejemplo, las energéticas o refrescantes.
Indican que, respecto al vino, en todas sus vertientes, el etiquetado de ingredientes debe incorporar el origen del azúcar que contienen (remolacha, de caña o mosto concentrado de uva), para que así se garantice la total transparencia al consumidor de la composición y origen de los ingredientes.
El presidente de AIVE, Lorenzo Delgado, indica que cuando se habla de bebidas energéticas, refrescantes, zumos, etc., incluyen azúcares de extracción química con frecuencia, cuya procedencia no se especifica.
Por ello, instan a las administraciones competentes a que el etiquetado de estas bebidas indique igualmente el origen y procedencia de todas las materias primas y por tanto de esos azúcares que incorporan.
Delgado defiende que esto redundará en una mejor salud de los consumidores y en la bajada de los índices de repercusión de enfermedades como la diabetes o la obesidad, entre otras. Además, contribuiría a una mejor comercialización de las uvas y de sus productos derivados.
Recuerda que en sectores como bollería y panadería su etiquetado ya debe especificar, por ejemplo, el origen de los aceites y grasas utilizados en su elaboración.
El presidente de AIVE incide en que «debemos ser transparentes y serios si queremos que el consumidor esté correctamente informado y pueda elegir los alimentos que desee comer o beber, por lo que pedimos que se tenga en cuenta, y que la obligación de etiquetado se amplíe y se cumpla también por todos los sectores de la alimentación y bebidas que incorporan azúcares, estableciendo así la obligación de especificar también su origen y procedencia».
«Si esto no se hiciera así, la normativa sobre etiquetado discriminará a nuestro sector del vino y tendrá que ser rechazada y modificada cualquier imposición al respecto. Si se tienen en cuenta nuestras peticiones se estaría beneficiando a todo el sector vitivinícola, con mantenimiento del crecimiento económico, así como de los puestos de trabajo, tanto directos como indirectos que genera el sector vitivinícola y, sobre todo se beneficiarían los consumidores por el aumento y transparencia de la información y consecuente mejora de la calidad alimentaria», señala.
Sobre estas peticiones, la Comisión Europea contestó a la Asociación de Industrias Vitivinícolas Europeas que, en el marco de la Estrategia de la Granja a la mesa y del ‘Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer’, la Comisión anunció la introducción de modificaciones en la legislación que regula la presentación y el etiquetado de los productos alimenticios en la Unión Europea.
La Comisión Europea comenzó, a raíz de las iniciativas comunicadas por AIVE, una evaluación de impacto que incluye opciones sobre el etiquetado de bebidas alcohólicas, o sobre las normas de información a los consumidores, y están estudiando que el resto de bebidas lo detallen. Delgado indica que esto resultará «fundamental» para estar en igualdad de condiciones y que el consumidor conozca la procedencia y elija consumir productos elaborados con uvas blancas o tintas, con una cantidad de fructosa más tolerante para diabéticos y otro tipo de enfermedades.
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