El pasado lunes los lobos volvieron a devorar a una oveja y herir a 8 en una granja de la localidad salmantina de Villasbuenas. Y en las últimas semanas ha habido más emboscadas contra las reses también en Salamanca, en Ávila y en Zamora. Sólo en la primera provincia, durante el primer trimestre de 2020 se perpetraron 40 ataques de lobos que mataron a 88 cabezas de ganado. Durante ese mismo periodo en toda Castilla y León se produjeron 569 ataques con un saldo de 851 muertes, según datos de la Consejería de Medio Ambiente. El mismo organismo registró 2.579 ataques de cánidos en toda la región que malograron a 3.774 cabezas de ganado, a lo largo de 2019. Es decir, que la alimentación de los lobos les costó a los ganaderos de la región 2 millones de euros.

La situación es tan preocupante que el Ministerio de Agricultura tuvo que lanzar una advertencia, el pasado mes de abril, para conminar a todas las comunidades autónomas y alertarles de  los riesgos que entraña no ejercer el preceptivo control de la fauna silvestre. La desidia en la observancia de tales controles amenaza, no solo los festines que el lobo se pega con las cabezas de ganado y la consiguiente sangría económica para el ganadero. También, la propagación de enfermedades, que podrían derivar en zoonosis, o sea, ser transmitidas al ser humano, la producción de daños en las explotaciones agrícolas mediante los cada vez más frecuentes destrozos de cosechas, la creciente alarma en los pueblos porque los lobos se acercan cada vez más a las poblaciones, los daños en infraestructuras básicas y la generación de accidentes de tráfico.

PROPONEN QUE PROMULGUE UN NUEVO PLAN DEL LOBO QUE AMPARE LEGAL Y JURÍDICAMENTE EL CONTROL REAL DE LA POBLACIÓN DE UNA ESPECIE

Todo el festín que se pegaron los lobos con terneros y corderos de menú durante 2019 costó a los ganaderos 2 millones de euros. Y esa cantidad hubo de ser soportada en gran parte por la contabilidad de los granjeros, en tanto que la Consejería de Fomento y Medio Ambiente solo asume, aproximadamente,  el 65 por ciento del coste del ágape.

A este respecto, COAG Castilla y León recuerda que la directiva europea Hábitat establece el permiso de actuaciones excepcionales a la protección de especies permitiendo los controles “para evitar daños graves en especial a cultivos y ganado…. Así como a otras formas de propiedad”. La organización urge a Medio Ambiente a que promulgue un nuevo Plan del Lobo que ampare legal y jurídicamente el control real de la población de una especie que se ha expandido extraordinariamente por todo el territorio regional en los últimos años provocando daños millonarios a los ganaderos de Castilla y León, tanto al norte como al sur del Duero.

Por todo ello, COAG Castilla y León reitera su ampliamente difundida postura y es que considera prioritario el control de las especies silvestres y emplaza a las Consejerías de Medio Ambiente y de Agricultura a afrontarlo  sin demora. «Lo contrario, está dejando indefensos, como podemos comprobar a diario, no solo a agricultores y ganaderos, sino también al conjunto de la sociedad, que ya está viendo las consecuencias de una proliferación descontrolada de fauna salvaje. Por ejemplo, la irrupción en las ciudades de manadas de jabalíes, los daños en las infraestructuras viarias de los conejos, la siniestralidad derivada de la invasión de las calzadas por la fauna o las afecciones sanitarias motivadas por los topillos», señala la organización agraria que no quiere seguir viendo les costó a los ganaderos alimentar a estos animales.

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